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Cómo cuidar bien al mejor aliado

Cómo cuidar bien al mejor aliado

Tres meses después del parón de la temporada de caza, algunos de nuestros compañeros de aventuras y desventuras cinegéticas ya muestran síntomas de acusar la inactividad, una responsabilidad que solo recae en sus amos. Si en época de caza resulta habitual hablar de perros mejores o menos buenos, -a sabiendas de que el de cada uno siempre es el mejor del mundo-, es en esta época casi angustiosa de veda en las que toca hablar de buenos y malos dueños de perros, y por tanto de buenos y malos cazadores. Son legión y cada vez aumentan más los que no entienden la caza menor sin el concurso del perro.

Una dieta equilibrada para este periodo de inactividad cinegética, algo fácil de conseguir si se siguen bien los consejos de las etiquetas de los piensos modernos que hay en cualquier establecimiento especializado hoy en día, y un régimen periódico de paseos mantendrán en forma a nuestro fiel aliado.

Los especialistas afirman que es mejor salir dos veces a la semana durante una hora, que concentrar la única salida semanal en un par de horas. Eso sí, cuidado por dónde hacemos los paseos y las salidas. Para evitarse problemas, mejor recurrir a las zonas de adiestramiento autorizadas si vivimos en entornos urbanos, y en cualquier caso, siempre visitar zonas donde no se moleste, para evitarnos disgustos y posibles denuncias.

Una alternativa más pasa por acudir a algún coto de caza industrial en el que poder recordar, aunque sea más de lejos, la caza, pero con piezas de granja. Si algunos se muestran partidarios del mayor contacto posible siempre del can con la caza, otros no quieren oír ni saber nada con esta actividad de pájaros sembrados previamente. También las numerosas pruebas y competiciones caninas que se celebran, incluso a nivel local, pueden ser una buena disculpa para ver de qué es capaz y probar a nuestro perro.

relación Otro aspecto en el que cada vez insisten más los adiestradores y criadores es en el aspecto psicológico del can. Un estado que sin duda se puede ver alterado con el menor tiempo compartido entre perro y dueño, sumado a la también menor frecuencia e intensidad de las salidas. El contacto físico y visual, las carreras, las órdenes, los reconocimientos, la relación y el trato también influyen en el estado de ánimo del compañero canino, sin duda. El abandono físico, y de rebote psicológico, nos pueden conducir a perros que se muestran más erráticos, desconfiados, incluso egoístas, remolones y, en conjunto, más desequilibrados tras hacer tambalearse la relación con su dueño con este agresivo cambio de costumbres de la larga época de veda.

pautas Durante las salidas siempre deberemos intentar que sean provechosas para ambos, y para recordar unas pautas mínimas de adiestramiento, tampoco convirtiendo cada escapada en un adiestramiento militar, sino alternando con momentos para el relax o el juego, y con la vista puesta en la mejora de lo que el perro no realice correctamente. Quien tenga dudas, el refuerzo positivo funciona infinitamente mejor que el negativo, ya que si el primero invitará a recordar y hacer las cosas de nuevo bien para ser recompensado, con algo que le guste o incluso con una simple caricia; el segundo deparará miedos y temores que luego será más difícil de corregir.

Por supuesto que la paciencia supone la mejor de las herramientas, acompañada de unos mínimos conocimientos básicos de adiestramiento, con unas metas en perspectiva que no deberán forzarse durante estos paseos que también pueden ser pequeños entrenamientos. ??rdenes sencillas y pequeños logros alternados durante las salidas, premiadas con reconocimientos que aprecie el perro. Su ánimo y quizá hasta su salud se lo agradecerán. Por supuesto que se lo merece, y faltará menos para la desveda.

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Redacción periódico digital Desveda #caza #pesca #tirodeportivo #rural #naturaleza

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