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Zasca de Frank Cuesta al animalismo subvencionado

Zasca de Frank Cuesta al animalismo subvencionado

Zasca de Frank Cuesta al animalismo subvencionado

El polémico herpetólogo vuelve el 1 de diciembre a Dmax con un nuevo programa que mostrará cómo es su trabajo tras las cámaras.

La figura de Frank Cuesta no ha pasado nunca desapercibida en los medios. Desde 2010, cuando el presentador llegó al público masivo con «Frank de la jungla», el programa que en 2011 le valió el Premio Ondas por lo innovador del formato y que le convirtió en uno de los rostros más emblemáticos de la telerrealidad en España. Desde 2014, el televisivo muestra su relación con el mundo salvaje en Dmax, canal en el que ha estado al frente de «Wild Frank» y en que el próximo 1 de diciembre estrenará «Wild Frank por dentro», cuyo objetivo es mostrar al público cómo se desarrolla el programa tras las cámaras en plena selva tailandesa.

No debe ser sencillo ser Frank Cuesta, un hombre que se desmarca habitualmente del esteretipo de presentador neutral y ajeno a los conflictos. Su verborrea innegable ha llevado a Cuesta a no callarse ante determinados asuntos que trascendían de su relación con la naturaleza y ello le ha situado, quizá más veces de las que le gustaría, en el centro de atención en redes sociales, donde el presentador no se ha cortado a la hora de jalear a sus críticos. Hace unos meses, Cuesta se convertió otra vez en objetivo de todos después de que un medio cuestionara la veracidad de sus actuaciones ante la cámara. «Wild Frank por dentro», aclara su protagonista, «no pretende contestar a nadie, pero sí cerrará bocas».

¿Qué nos espera a partir del 1 de diciembre con «Wild Frank por dentro»?

Queríamos mostrar a la gente cómo se graba el programa. Vamos a enseñar los animales desde otra perspectiva, veremos el nacimiento de un elefante y elementos nunca vistos en anteriores ediciones de «Will Frank». Nos ha costado tres meses grabar los cinco programas que conforman esta entrega, no es llegar y besar el santo, trabajamos muchas horas, muchos días… No es, para nada, sencillo.

¿Responde el programa a aquellas críticas a su trabajo, en la que se les llegó a acusar de manipulación?

Es una coincidencia, pero callaremos bocas, claro. La gente seguirá diciendo lo que quiera porque tampoco lo ha vivido. No hemos hecho el programa para desmentir a nadie, siempre habrá ataques, pues es deporte nacional en España criticar las cosas desde el salón de casa. Cuando se publicó aquel reportaje, nadie se desplazó a Tailandia, ni contrastó la información. Supongo que en breve habrá otra oleada de comentarios en mi contra, pero no me hace daño, ni al programa tampoco. Lo único que me molesta es que se haga daño a la gente que trabaja conmigo y que lo da todo por acercar la naturaleza al público. Que se metan conmigo, que soy soez y un vocazas, me da igual, pero no con la gente que se parte la cara por este programa.

¿Pensó que aquello podía perjudicar su trabajo con Dmax?

No. Cuando alguien me critica desde su casa lo acepto, pero no puedo aceptar que tiren por los suelos el trabajo de mucha gente simplemente por publicar un artículo. Me parece dañino. Nosotros seguiremos siendo los mismos y haciendo lo de siempre e inculcar a la gente que la naturaleza es lo que es: sucia, dura, injusta… Quien quiera ver la naturaleza centrándose en los gallos que violan a las gallinas, allá él, pero no es real. Nosotros seguiremos haciendo un programa desde dentro de la naturaleza, ensuciándonos, metiendo la pata de vez en cuando y, siempre, trabajando en equipo.

«Se está adoctrinando a la juventud y humanizando a los animales de manera injusta para ellos»

¿Cree que hay una visión de la naturaleza demasiado edulcorada?

El problema es que se está adoctrinando a la juventud y humanizando a los animales de una manera injusta para ellos. A través del «mascotismo» se intenta comparar la naturaleza con la vida salvaje y, en realidad, son dos cosas que no tienen nada que ver. Para entender la naturaleza hay que estar dentro de ella, vivirla, sentirla…

Las activistas que criticaban que los gallos violan a las gallinas se convirtieron en un fenómeno viral. ¿Qué opina al respecto?

Aquello se tomó a broma, pero es el reflejo de lo que se está moviendo dentro del llamado animalismo. En realidad, el animalismo se debería denominar mascotismo, subvencionismo, arte de sacar la pasta de donde sea. Por ejemplo, no me creo que el veganismo sea el futuro, pero entiendo que los veganos, a su manera, intentan ayudar al mundo. Cada uno puede contribuir a la causa como quiera, pero no comprendo los extremismos, o gente que me critica por comer carne. Creo que el problema es que hay una falta evidente de criterio y conocimiento del sistema.

¿Le salió caro haber dedicado programas al mundo de la caza y el toreo?

Aquello se fue de madre. No me gustan los toros, pero no tengo el derecho a pedir su prohibición. Los toros no son solamente el torero, hay muchas empresas involucradas, mucha gente trabajando. Sería preciso buscar soluciones como, por ejemplo, que cada vez haya menos sufrimiento para el animal. Se van a seguir comiendo animales, ya sea matándolos en un matadero, en la plaza de toros… El mundo es así. Hemos pasado de ser nómadas, cazadores, a cultivar, a tener ganado… Hay cazadores malos, cazadores buenos… de todo, pero volvemos a lo mismo. Veo que mucha gente anónima está intentando salvar la naturaleza jugándose la vida por salvar rapaces, lobos… y que luego vengan cuatro tíos hablando muy bonito y convenzan a la gente de que las gallinas son violadas… me cabrea, porque mucha gente anónima trabaja por esta causa.

«Sería importante mejorar la educación y enseñar valores»

¿Echa en falta más actividad política?

Todos los partidos tienen su parte animalista o ecologista. Ahora vende mucho el tema del calentamiento global y el catastrofismo, que está muy bien y es algo que habrá que ir cuidando. Hay cosas que están pasando hace mucho tiempo que se tenían que haber solucionado hace años, sin embargo, hasta que no sale una niña de 13 años en televisión diciendo que somos malos, la gente no se mueve. Sería importante mejorar la educación y enseñar a los niños valores, eso sí sumaría.

¿Le dan más miedo los animales o las personas?

Los animales no, tienen un comportamiento bastante básico. El humano, en ocasiones lleno de codicia y avaricia me da mucho más miedo que el animal.

Tras las críticas que recibe, ¿se ha hecho una coraza y le da igual decir lo que sea? ¿Se ha planteado dejar de hablar en las redes sociales?

Dentro de las redes sociales hay 3.000 o 4.000 gilipollas que no tienen nada que hacer, que me critican a mí como podrían criticar a cualquier otro. A veces sí me planteo desconectar un poco, pero no puedo hacer que unos cuantos tontos me hagan borrar mis redes sociales. De vez en cuando hay oleadas de gente que te ataca y tienes que afrontarlo. Supongo que en algún momento habrá una especie de protección, alguna forma de savaguardar el derecho al honor pero, hasta entonces, habrá que aguantarse.

Fuente. ABC

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