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La perdiz roja, en peligro de intoxicación

La perdiz roja, en peligro de intoxicación

La SEO/BirdLife
lleva años constatando
el declive poblacional de la
perdiz roja y otras aves
comunes ligadas a medios
agrarios en la
Península
Ibérica conforme la
agricultura dejo atrás
el modelo tradicional y
entró de ello, el
intensificado, más
invasivo, y de hecho un
nuevo estudio realizado por
un equipo de investigadores
de la Universidad de Castilla-
La Mancha, del Instituto de
Investigación de
Recursos Cinegéticos,
han puesto en evidencia los
riesgos que tiene para las
perdices el consumo de
semillas tratadas con
sustancias fitosanitarias.

En concreto, el estudio
se centra en un insecticida,
el imidacloprid, uno de los
más utilizados a nivel
mundial, y los investigadores
que lo han hecho han sido:
Ana López Antia,
Manuel Ortiz Santaliestra,
Francois Mougeot y Rafael
Mateo. Además del
IREC han tomado parte en
dicho estudio la Junta de
Comunidades y el Consejo
Superior de Investigaciones
Científicas. 

A partir de los buches y
las mollejas que les fueron
cedidas por los cazadores,
explica la investigadora del
IREC, Ana López
Antia, «nos dimos
cuenta de que más
del 50% del alimento que
ingieren las perdices en
invierno son precisamente
semillas de siembra y si,
además,
están tratadas, tal y
como ocurre la
mayoría de las veces,
no sólo son comida
sino también una
vía de entrada de
gran cantidad de
tóxicos. El
imidacloprid en lo que es
Castilla-La Mancha se usaba
fundamentalmente en
cultivos de primavera, como
es el caso, del maíz.
Hoy por hoy está
prohibido su uso
temporalmente por la
Unión Europea como
tratamiento de semillas de
primavera por lo que
sólo quedan, dice
esta investigadora del
Instituto de
Investigación de
Recursos Cinegéticos,
residuos de este insecticida
dada su alta persistencia en
el suelo. No obstante, su uso
continúa autorizado
para el tratamiento del
cereal de invierno y por tanto
el riesgo de
exposición
continúa».&nbs
p;

El cambio en el modelo
agrícola ha supuesto
una reducción
considerable de la cantidad
que había de
alimentos naturales para las
aves, sobre todo en invierno,
así como de las zonas
naturales en donde
podían encontrarlos y
de los márgenes de
los campos, además
de la pérdida de
más de una
costumbres como los
rastrojos de invierno, la
rotación de cultivos y
los barbechos. Todo esto ha
dado lugar a que a menor
alimentos naturales mayor
dependencia del
hombre. 

Sin perder de vista lo
anterior los investigadores
partieron del hecho de que
durante la siembra del
cereal, algunas semillas
tratadas precisamente con
productos fitosanitarios
quedan sin enterrar y son
accesibles, por lo tanto, para
el consumo de las aves
agrícolas en general y
en particular de las perdices
rojas. Ahora bien, su ingesta
hace que las aves igualmente
queden expuestas a una alta
dosis de plaguicida en poco
tiempo, con el consiguiente
riesgo de intoxicación
con efectos sobre su salud y
su
reproducción. 

 

Resultados. 

 

Su campo de
acción fueron los dos
periodos de
exposición; verano e
invierno, y el elemento base
para la investigación
fue su ingesta de semillas
con imidacloprid vía
dos dosis diferencias, por un
lado, la recomendada de uso
para el tratamiento de
semillas y, por otro, el 20%
de esta
recomendación.&nbsp
;

Todas las perdices
alimentadas con las semillas
tratadas con la dosis
recomendada de uso,
según informa la
UCLM, murieron a lo largo de
los 21 días de
exposición de
otoño y el 31% lo hizo
en los tres primeros
días de
exposición, al margen
de que la mortalidad en las
hembras fue más
rápida que en los
machos hasta el punto de el
47 % murieron en los tres
primeros días de
exposición y ello
porque «el
imidacloprid es acumulado en
el hígado de las
perdices durante el tiempo
de
exposición».&n
bsp;

Por contra, añade
la UCLM, las perdices
alimentadas con semillas
tratadas con el 20% de la
dosis recomendada de
aplicación no
murieron, pero sí que
sufrieron disminuciones de
los niveles en sangre de
glucosa y magnesio, y por
contra, un aumento de la
actividad de enzima
antioxidante en respuesta a
la exposición al
insecticida. Asimismo estas
perdices perdieron la
intensidad del color rojo de
su anillo ocular; un
ornamento que, como es
conocido, refleja la salud del
individuo, además de
que está relacionado
con su inversión en la
reproducción, y de
hecho se retrasó la
puesta de huevos y se redujo
el número de huevos
por cada hembra. 

Pero la dependencia de
los alimentos de los
humanos, no obstante, no es
el único mal que hoy
por hoy afecta a la perdiz
roja silvestre.
También está,
comenta esta investigadora
de la Universidad de Castilla-
La Mancha, la pérdida
de zonas de crías y
de refugios contra
depredadores, de manera
que, añade,
según se recoge en el
Atlas de Aves Nidificantes de
España, se estima que
desde 1973 las poblaciones
de estas aves han podido
tener una disminución
del 50% sobre la que
había. 

 

Castilla-La
Mancha. 

 

Pese a la
exposición y la
merma de ejemplares, la
Península
Ibérica es en donde
actualmente se encuentran
las mayores poblaciones de
‘patirrojas’ y
dentro de la
Península dos son las
comunidades en las que su
presencia es mayor y una de
ellas precisamente es
Castilla-La Mancha con las
provincias de Albacete y de
Ciudad Real a la cabeza.
Considerada junto al conejo,
según recuerdan
desde el Instituto de
Investigaciones en Recursos
Cinegéticos, una de
las piezas más
importantes en lo que es la
caza menor, no obstante,
resulta muy difícil
conocer a ciencia cierta el
número de
ejemplares que habitan en
una u otra provincia y en la
región pues, matizan,
a continuación, en
esta comunidad hay mucha
suelta, como se dice
coloquialmente, de perdices
rojas pero de granja.

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Redacción periódico digital Desveda #caza #pesca #tirodeportivo #rural #naturaleza

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