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La proliferación de jabalíes, corzos y ciervos incrementa las posibilidades de accidentes de circulación

La proliferación de jabalíes, corzos y ciervos incrementa las posibilidades de accidentes de circulación

Tres especies provocan el 60% accidentes de tráfico en los que hay implicación de fauna cinegética

La proliferación de jabalíes, corzos y ciervos incrementa las posibilidades de accidentes de circulación, por lo que resulta imprescindible la participación de los cazadores en la gestión de esas especies

Un 60% del total de accidentes de tráfico que se producen en España con implicación de alguna especie de fauna cinegética están provocados por los jabalís, los corzos o los ciervos, según se desprende del II Informe del Centro de Estudios de Seguridad Vial Ponle Freno-AXA de Seguridad Vial. El informe señala que los siniestros con lesiones en lo que estaban implicados animales cinegéticos son un 12% más caros que en un percance con un animal doméstico.    

El estudio revela que por tercer año consecutivo son los jabalíes los que se sitúan en lo más alto de la tabla de animales más peligrosos para los conductores, al estar involucrados en un 30% de los siniestros. Además, los percances con suidos son los responsables de provocar alguna lesión entre los ocupantes de los vehículos en un 5,25% de los casos.

Los corzos, con un 22% del total de implicación en accidentes de circulación, ocupan el tercer puesto en la lista incluida en el estudio, mientras que los ciervos ocupan la cuarta plaza de la lista con un 5% del total. El segundo lugar en cuanto al número de accidentes con animales implicados corresponde a los perros, con un 26%.

El último trimestre del año y sobre todo el mes de diciembre, es el período en el que se contabiliza un mayor número de siniestros con animales. Esos meses son, según se señala en el estudio, los que se corresponden con la época de apareamiento del jabalí y se ha constatado un repunte de atropellos en el periodo entre octubre y enero.

También se observa un pequeño aumento de colisiones contra ciervos y corzos en el período comprendido entre marzo y mayo, pero las colisiones se concentran entre los meses de agosto y noviembre, coincidiendo con la época de apareamiento del ciervo.

Los accidentes provocados por atropellos de especies cinegéticas, aunque los conductores no incumplan ninguna norma de circulación, serán los responsables en la mayoría de los casos, “frente a sí mismo y frente a los ocupantes del vehículos del siniestro”, según se recuerda en el mismo informe.

Aunque son las provincias de Soria, Burgos y Guadalajara las que ocupan los primeros puestos en cuanto al número de accidente provocados por animales de caza, este tipo de percances también tienen incidencia en las carreteras y autopistas de Euskadi.  El presidente de ADECAP y expresidente de la Oficina Nacional de Caza, Juan Antonio Sarasketa, asegura que “la semana pasada estuvimos a punto de tener un accidente en Urkiola con un jabalí que nos cruzó por delante del coche. Solo en el tramo de carretera entre Urkiola y Legutio ya he tenido cuatro percances con jabalíes y otro con un corzo”.

Densidad excesiva

“Existe una densidad excesiva en aquellos lugares donde no hay gestión de caza”, sostiene el vicepresidente de ADECAP, Rufino Eizmendi,  quien asegura que su proliferación provoca además daños tanto en la agricultura, como en huertas e incluso en los polígonos industriales. “Son un peligro latente y sin cazadores, los jabalíes llegarían en tres años hasta la Gran Vía de Bilbao”, sostiene Sarasketa.

Imágenes como la de un grupo de cazadores abatiendo varios ejemplares de jabalí el pasado invierno en una zona industrial de Donostia “no resultan nada gratificantes” para Eizmendi porque “no es el espacio natural para desarrollar esa actividad”.

Ante la proliferación del número de suidos, Eizmendi considera necesaria “una reducción de la densidad de las poblaciones de jabalíes, lo que sin duda provocará una disminución en el número de accidentes de tráfico”. Y en esa labor de gestión “las cuadrillas de cazadores tienen un papel fundamental porque son las más adecuadas para llevarlas a cabo”.

Temporada esperanzadora

Además de compartir esa percepción Sarasketa sostiene que la proliferación de especies como el corzo es un hecho que “se veía venir”. Hace 28 años se podían contar con los dedos de una mano el número de corzos que había por aquí pero se veía que había un desplazamiento y ahora ya lo han colonizado todo”.

Tanto en el caso de los jabalís, con cuatro o cinco jabatos por camada, como en el de los corzos o ciervos la proliferación de estas especies por los montes de Euskadi resulta inevitable “porque carecen de predadores naturales”, según Sarasketa. Y la presencia de cazadores resulta necesaria para regular el número de ejemplares existentes.

Sarasketa apunta que cada año “pueden abatirse en torno a 6.000 jabalíes en Euskadi”, y este año la cifra rondará el número de piezas de la temporada anterior. La abundancia de bellotas y castañas permitirá repetir una campaña “que el pasado año fue de récord” según reconoce Santi Mina, integrante de una cuadrilla de cazadores de Tolosaldea.

“En lo que llevamos de septiembre nuestra cuadrilla ya ha abatido seis jabalíes, uno menos que el pasado año por estas fechas” señala, aunque añade que “las expectativas son buenas y es posible que cuando aumente el frío empiecen a moverse más” y, por lo tanto, se incrementen las capturas.

 

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