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Los mapaches ya están en Galicia

Los mapaches ya están en Galicia

El origen de las poblaciones de esta especie invasora, es la suelta indiscriminada de ejemplares utilizados previamente como mascotas que desplazan a la fauna autóctona y puede transmitir enfermedades a las personas. Sus efectos sobre la fauna autóctona preocupan a cazadores y administración. Desveda

A veces podemos apostar con conocimiento de causa por anunciar lo que sucederá pronto, lo recordamos hace unos días leyendo la genial columna de Eduardo Rolland. Sucedió hace diez años. Paseando por las riberas del Umia, encontramos unas huellas en la orilla del río. Parecían de gineta o de garduña, pero solo lo parecían. Recordaban manos humanas a escala pequeña. Sacamos fotos y las enviamos por las redes. Un amigo biólogo nos dijo que eran de mapache. La cosa nos parecía una anécdota simpática por lo infrecuente de localizarlo en O Salnés, por lo que nos extrañó su frase final «tenéis un serio problema».Cuatro años antes se detectaba su presencia silvestre en Galicia, en el entorno de Lugo, y en este momento nuestro amigo está considerado como especie invasora que ya alcanzó el entorno del Miño y por ahí descenderá para unirse con sus colegas del norte de Portugal. ¿Cómo es posible que un bichito tan simpático y peludo pueda resultar un problema? Pues su simpatía y su pelaje son parte de la causa.El mapache común (procyon lotor) es un mamífero, primo de los coatíes, de entre 40 y 70 centímetros de longitud y unos diez kilos de peso, lo que vendría siendo un gato robusto aunque hay sensible diferencia entre hembras y machos, siendo estos últimos más voluminosos. Su denso pelaje intercala tonos grises o rojizos con anillos blancos y negros terminando en una espesa cola, aunque lo que determina su seña de identidad es el «antifaz» que decora su cara. Nuestro amiguito es un plantígrado que se sienta tranquilamente sobre sus patas traseras y manipula con gran habilidad lo que sujeta con sus manos, característica por la que se conoce comúnmente también como oso lavador por su pulcra manía de limpiar sus alimentos. Depredadores y oportunistasLa alimentación es una de las causas de su éxito, porque los simpáticos mapaches son omnívoros, depredadores y oportunistas que no le hacen ascos a invertebrados, moluscos, peces, anfibios y reptiles, frutas y todo tipo de vegetales, y son felices ante el banquete que supone un simple cubo de basura. Originalmente nuestros colegas son norteamericanos, ocupando el continente desde Canadá a Centroamérica, pero claro, eso era antes de que la especie humana desorganizara esa área de distribución.¿Cómo llegaron, entonces, a Galicia y cómo inevitablemente los tendremos pronto a las mismas puertas de Vigo? Por una parte su simpatía les hizo ser bichitos muy apetecibles para su exhibición en los zoos (de donde algunos se fugaron) a consecuencia directa de esa simpatía muchas personas las eligieron como mascotas. ¿Porqué pagar para verlos en un zoo si puedo tenerlos en casa? Y de esos domicilios se fugaron unos cuantos (o directamente los soltaron) y finalmente algunas personas decidieron llevar puestos a nuestros peludos amigos en forma de abrigo, apreciados por la industria peletera, de cuyas granjas también se fugaron o fueron «liberados» (nunca por ecologistas, diferenciemos las cosas) pensando que un problema se puede solucionar provocando otro incluso mayor.Una vez en el mundo exterior a nuestros primos solo les hacía falta el suministro de alimento, que consiguieron sin dificultad, la ausencia de competencia ecológica y depredadores naturales y unas buenas vías de distribución que en el caso de Galicia encontraron en abundancia pues nuestros amigos viven asociados a los cursos fluviales. Para ellos la tierra de los mil ríos es tanto como decir la tierra de las mil autopistas verdes.El problema es que nuestros amiguitos atacan y desplazan a la fauna autóctona, depredan sobre especies en peligro crítico de extinción y son portadores de parásitos y enfermedades infecciosas algunas de ellas transmisibles a nuestra especie. Tarde, como suele suceder, la administración empieza a tomar medidas para su captura y es triste el destino que les espera a los mapaches capturados, que en el fondo son víctimas inocentes. Los auténticos responsables somos nosotros y nosotras. Al menos podemos no agravar el problema y no provocar otros. Nunca, jamás, aunque sea legal, tengamos animales silvestres y exóticos como mascotas y jamás liberemos esas especies exóticas en nuestro entorno. Si de verdad amamos a los animales seamos consecuentes y dejemos que vivan libres donde tienen que vivir.

Noticia. LA VOZ DE GALICIA

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Redacción periódico digital Desveda #caza #pesca #tirodeportivo #rural #naturaleza

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