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La casta cinegética

“Yes we can” esgrimían algunos. “Podemos” gritan otros. Pero “la casta cinegética” se mantiene impertérrita, maloliente y corrupta en su poltrona. Cobrando y viviendo de la caza pese a las sentencias. Utilizando instituciones que controlan de espaldas al sector para mentir, difamar, agredir, insultar y hacer lo que sea con la única misión de mantenerse en el poder, eso sí, siempre de espaldas a los cazadores.

Existe un “capo”, odiado por la mayoría de los cazadores que jamás da la cara porque es un cobarde. Una lacra que no tiene el más mínimo pudor en desoír sentencias judiciales, en utilizar el dinero de todos para pagarse los abogados que hagan falta con el único fin de que le mantengan en el poder de una manera artificial para seguir chupando. Alguien que maneja a través de  sus familiares, “tontos útiles”, que jamás han pegado un palo al agua, organismos que le pagan sus campañas electorales.

Hablo de usted GRAN CAPO, fiel reflejo de la CASTA CINEGÉTICA de este país. Usted es un cobarde, eso es por todos conocido. No se esconda detrás de Gipuzkoa, de la cara. El problema es usted. Le conozco bien y los cazadores vascos también. Por muchas campañas difamatorias que dirija. Por muchas mentiras que cuente. Yo animo a los demócratas, a quienes verdaderamente nos representan a seguir ahí, a recurrir a la justicia denunciando todas las ilegalidades de LA CASTA, las de sus familiares y las de sus amigotes. ¿Y sabe por qué? Porque creo firmemente que los demócratas de la caza, tienen razón y saben cuál es el camino legal de hacer las cosas.

Se presenta TIROFIJO, un humilde aficionado a la caza y la pesca a quien esta revista digital ofrece la posibilidad de soltar, de vez en cuando, una perdigonada con sal de esas que no hieren pero sí escuecen.

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