La Agencia Vasca del Agua-URA ha elaborado el primer Plan Hidrológico de las Cuencas Internas del País Vasco -de aplicación en las cuencas cuyos ríos nacen, transcurren y vierten exclusivamente por el territorio de la CAV- y ha contribuido a la revisión del Plan Hidrológico de las cuencas cantábricas intercomunitarias -cuyos ríos transcurren por más de una comunidad autonómica- de la CAV.
Ambos planes han sido tramitados, en sus respectivos ámbitos, por la Agencia Vasca del Agua-URA y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y, posteriormente, serán integrados y armonizados, dando lugar al Plan Hidrológico de la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Oriental.
La importancia de este Plan Hidrológico reside en que se concreta un amplio abanico de previsiones de actuación para alcanzar unos objetivos ecológicos exigentes que den respuesta a las demandas tanto de la Directiva Marco Europea como de la legislación de Aguas. A su vez, incluyen otros objetivos de gran relevancia, como hacer frente a los daños que producen los fenómenos extremos, en especial las inundaciones.
La Agencia señala que «el reto es notable, tanto en cuanto esta previsión de actuaciones han de servir para la consecución del buen estado ecológico de las masas de agua, la protección del dominio público hidráulico y/o la satisfacción de las demandas de agua en un territorio como el de la CAV: un territorio abrupto, caracterizado por una orografía accidentada, con unos fondos de valle densamente poblados que ocupan muchas de las llanuras de inundación de buena parte de los ríos -especialmente vulnerables a los impactos de las crecidas fluviales-, con una climatología profusa en precipitaciones -no exenta, sin embargo, de periodos de sequía-, con un intensivo desarrollo urbano e industrial».
Y es que los problemas a los que esta Planificación Hidrológica ha de dar respuesta y las áreas que aspira a mejorar son amplios. Y todas ellas están exhaustivamente definidas en el plan. «De ahí el valor de la planificación hidrológica de la CAV: la identificación de las medidas que han de adoptarse, estableciendo tanto su horizonte temporal de ejecución como las previsiones presupuestarias correspondientes», señalan desde URA.
La inversión prevista en el plan para el horizonte 2015 sería de 649 millones de euros, lo que supoondría un ratio de 108 millones de euros al año y en ella se incluirían medidas relacionadas con distintas áreas. Por un lado, se recogen las medidas relacionadas con el cumplimiento de los objetivos medioambientales: relativas a las afecciones al medio hídrico por alteraciones fisicoquímicas e hidromorfológicas y a las relacionadas con la biodiversidad del medio hídrico. «En este campo, las presiones más importantes a las que ha de darse pronta respuesta son la contaminación por vertido de aguas residuales urbanas e industriales, la alteración física del medio hídrico y la alteración del régimen de caudales, entre otras», apunta la Agencia.
Por otro lado, se incluyen medidas relacionadas con la satisfacción de las demandas y la racionalidad del uso; dicho de otra forma, aquéllas necesarias para mantener un nivel adecuado en la calidad y en la garantía con la que se presta el servicio de abastecimiento de agua potable y el resto de usos, respetando los caudales ecológicos mínimos. En un tercer tipo de medidas, se recogen las medidas relacionadas con los fenómenos extremos: básicamente, dirigidas a prevenir y reducir los impactos de sequías y sobre todo inundaciones.
Por último, destacan las medidas relacionadas con la gobernanza y el conocimiento, relativas a cuestiones administrativas, organizativas y de gestión; así como las destinadas a la mejora del conocimiento del medio hídrico. En el Plan han intervenido diputaciones, ayuntamientos y consorcios.
Cargando...
