La Federación de Caza advierte de que la superpoblación de estos animales por falta de control cinegético «les hace más osados y se meten en casa»
«Han perdido el miedo desde la pandemia y también porque cada vez son más, hay una sobrepoblación», advierten los cazadores, así que salen al descubierto «y si te descuidas, se te meten en casa». Como la manada de corzos ha tomado al asalto desde hace días las jugosas parcelas próximas a la carretera de Segovia, junto a los polígonos de Jalón y San Cristóbal, llenas de comida gracias a las últimas lluvias. Los animales retozan y se alimentan en esta zona junto a las instalaciones de Amazon, que dista apenas tres kilómetros del centro urbano de Valladolid.
Los ‘bambis’ pueden verse desde la carretera de Segovia, y hay cierta alarma entre los conductores que frecuentan los polígonos, que tienen que extremar la precaución en prevención de accidentes por si los animales se atraviesan en la calzada.
El delegado en Valladolid de la Federación de Caza de Castilla y León, Jesús Hernández, no expresó asombro alguno ante la proliferación de los corzos a las mismas puertas de la capital. «No es sorprendente, están en expansión en todos los sitios, porque la población de corzos se ha multiplicado en las zonas donde no se puede cazar y, al no haber control cinegético van en aumento y cada vez se acercan más a los núcleos urbanos«.
En El Pichón los cérvidos campan a sus anchas, en Ciguñuela los lobos se pasean por el término y en Zaratán han matado «tres o cuatro perros», afirma el delegado de la Federación de Caza de Castilla y León
Pone como ejemplo de la expansión poblacional de estos animales en las parcelas de El Pichón, junto al camino viejo de Simancas. «Están más confiados y se acercan cada vez más porque se encuentran más protegidos, pierden su condición de animal salvaje e invaden los terrenos próximos a las ciudades, le han perdido el miedo al ser humano». Se comen los sembrados de hortalizas, las frutas de los frutales y el pasto. «De las huertas les gusta todo y ahora tienen comida en todos los sitios porque ha llovido», apostilla.
Pero no solo los corzos y los ciervos se aproximan. Los lobos ya se «pasean» por Ciguñuela (Valladolid), dice este cazador, «y en Zaratán han matado tres o cuatro perros», asegura el delegado de los cazadores de Valladolid.
Del aumento exponencial de estas especies da idea el número de ejemplares cobrados en España el año pasado: 500.000 animales entre corzos, ciervos y jabalíes (caza mayor) y dos millones de ejemplares de caza menor. De no ser así, apunta Hernández, «se produciría un desequilibrio entre las especies que distorsionaría los ecosistemas».
Fuente. EL NORTE DE CASTILLA
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