Casi dos años y medio después de la aprobación de la orden foral que autorizaba las batidas y los sistemas de rececho y espera para combatir el impacto del lobo en la ganadería alavesa, el consejo de diputados aprobará hoy el plan de gestión de un cánido que ha puesto en pie de guerra a sindicatos ganaderos como la UAGA o Sergal, que además de boicotear numerosas ferias a lo largo de los últimos meses, ya han advertido de que en su opinión, el futuro del lobo en Álava pasa única y exclusivamente por su extinción.
En el plano político y dado lo delicado del asunto, han sido varias las comparecencias realizadas en Juntas. La última, el pasado 29 de enero, en la que los grupos junteros pidieron tiempo a Mikel Mintegi, diputado de Medio Ambiente, para poder realizar sus aportaciones al plan en forma de alegaciones. El resultado no puede ser más revelador: ausencia total de propuestas, como confirmaron ayer fuentes oficiales de la Diputación.
Si las ha habido, en cambio, desde los grupos conservacionistas que trabajan en el territorio y que demandan medidas de protección para este animal. Una opinión radicalmente opuesta a la manifestada por los ganaderos, que se limitaron a presentar un escrito en el que pedían sin ambages la extinción del lobo. No sólo eso. En la comparecencia del pasado 29 de enero, el director de Mintegi, Juanjo Yarritu, desveló que «incluso ampliamos el periodo de alegaciones a propuesta de Sergal y no presentaron ninguna».
Dudas en el Ejecutivo
Y es que el plan de gestión que hoy verá la luz parece estar abonado a la polémica. No hay que olvidar que las posturas defendidas por el bipartito foral PNV-EA distan bastante en función de la sigla de la que procedan. No tanto en el fondo, que también, como sí en las formas, donde Mintegi se ha mantenido firme en los criterios defendidos por sus técnicos y que se sustentan en la premisa de que el lobo es una animal protegido por la ley que no entiende de fronteras y que hay que combatir desde la prevención -nuevos vallados eléctricos, perros de guarda…-.
Por su parte, la diputada de Agricultura, la peneuvista Estefanía Beltrán de Heredia, se ha posicionado sin ambages en favor de los ganaderos asegurando que «Álava debe ser una barrera» para este cánido puesto que a su juicio, corren más peligro los pastizales donde se alimentan las ovejas que el depredador. De hecho, el plan de gestión que hoy verá la luz incluye un estudio ‘ad hoc’ realizado por Agricultura y que en su día pusieron como condición los ganaderos. Todo parece, sin embargo, que no será suficiente para la UAGA o Sergal otorguen su plácet a la Diputación en forma de levantamiento del boicot.