Un convenio entre Diputación Foral y la Federación de Caza de Gipuzkoa permite liberar unos 120 ejemplares de liebre europea cada temporada
El escaso interés que suscita entre los cazadores la liebre europea autóctona (Lepus europaeus) ha acarreado un importante retroceso en las poblaciones de esta especie durante los últimos 40 años. Para hacer frente al decrecimiento de ejemplares, la Diputación Foral Gipuzkoa y la Federación de Caza provincial mantienen un convenio que ha permitido recuperar esa especia en gran parte del territorio.
Las repoblaciones de liebres que desde hace un cuarto de siglo desarrolla en Gipuzkoa el criador de Altsasu Leocadio Galán, incide en puntos concretos del Goierri, Soraluze, Peñas de Aia, Ernio, Ibarra, Parque Natural de Pagoeta, Azpeitia y Bergara. “Cuando realizamos las repoblaciones instalamos unos cercones de unos 300 metros cuadrados y en cada uno de ellos depositamos 15 ejemplares para evitar que decaigan las poblaciones. En total, se liberan unos 120 en toda Gipuzkoa”.
Esta iniciativa que se lleva a cabo anualmente “cuenta con la implicación de los cazadores de cada zona, porque son ellos quienes se encargan de colocar los cercones, pero también de proporcionar a las liebres el alimento y el agua que necesitan”, recuerda Galán, que es el responsable de la granja Larrasal. Ese criadero ese el único de estas características dedicado a la cría y reintroducción de la especie en su hábitat natural.
Además, el convenio entre la institución foral y la federación establece que los lebratos deben ser liberados, tras unos 10 días de adaptación al entorno, en zonas establecidas como refugios de caza, en lugar de hacerlo en cotos de caza.
Esta iniciativa, de hecho, “no se desarrolla con la finalidad de impulsar la caza de esta especie, sino que la pretensión es la de recuperarla en el territorio de Gipuzkoa”, según destaca el criador de Altsasu, quien recuerda que “las repoblaciones que se llevan a cabo están tuteladas y, por lo tanto, los cupos de caza establecidos para cada zona son muy bajos”.
Recuperación desigual
El proceso de recuperación resulta bastante desigual en las otras dos provincias de la Comunidad Autónoma, teniendo en cuenta la escasez de ejemplares que en general existe en Euskadi. Araba es la zona que presenta una mayor abundancia de liebres debido a las propias características del territorio y a la mayor disponibilidad de alimento. Su presencia es relevante en zonas de Valdegovía/Gaubea, Zuhatzu Kuartango o en la Llanada, mientras que apenas existe en las estribaciones de Gorbeia.
Bizkaia, por su parte, apenas cuenta con liebres en su territorio y carece de un plan concreto de repoblación. Sin embargo, “este año se está estudiando la liberación de una docena de ejemplares en Turtzioz, que estarán provistos de transmisores con la finalidad de comprobar cómo se desarrolla la adaptación de las liebres a los montes del territorio”.
Los ejemplares de liebre europea autóctona criados en Larrasal para su liberación en los montes de Euskadi, tienen su origen en un concienzudo estudio genético y morfológico desarrollado durante ocho años que contó con la participación de la EHU/UPV, que avaló la pureza de la raza al igual que el CSIC. Neiker, por su parte, asume el control sanitario de los ejemplares nacidos y criados en Altsasu.
Para la cría de ejemplares de esta especie que en Euskadi “no está en vías de extinción, aunque sí que se encuentra en franco retroceso”, Galán inició hace más de dos décadas la captura de ejemplares en Cantabria y en otras zonas de Euskal Herria como Opakua, Urbasa, Entzia o Aralar. A partir de aquellas liebres ha desarrollado “una línea genética que está homologada científicamente como una subespecie de la liebre del norte, que es la idónea para repoblar desde Girona hasta Asturias”.
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