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La educación del perro de caza comienza con la obediencia básica

La educación del perro de caza comienza con la obediencia básica

El adiestrador Víctor M. Esandi ofrece en estas páginas durante las próximas semanas, diversas pautas para educar y entrenar al compañero de fatigas

La enorme importancia que para los cazadores tienen la educación y el entrenamiento del perro como su inseparable compañero durante la actividad cinegética, ha llevado a destinar la página de hoy de DESVEDA a un reportaje en torno a esas premisas básicas. Será la primera de una serie de reportajes que, a modo de tutorial, tendrán continuidad durante las próximas semanas con diferentes aspectos relacionados con el adiestramiento canino.

En este primer artículo que se centrará en la educación y la obediencia básica conoceremos también a uno de los adiestradores más reputados, como es el caso del navarro Víctor Martínez Esandi, que trabaja en estrecha colaboración con Jesús Barroso. Martínez Esandi y Barroso (www.esandibarroso.com) son adiestradores profesionales que además de impartir seminarios y cursos por toda la geografía española, son profesores de la Escuela Española de Caza que la Federación Española de Caza tiene en la localidad soriana de Castillejo de Robledo.

En 2003 Esandi obtuvo el título de adiestrador titulado por la Real Federación Española de Caza y desde entonces mantiene una ininterrumpida labor formativa y divulgativa, ampliada con la publicación de libros de adiestramiento como ‘De la monta a la caza’ y de colaboración con diferentes blogs y medios especializados, o con la edición del Therapeutic Positive Sound, un CD pensado para la prevención, habituación y tratamiento de la sensibilidad auditiva de los perros.

Además, impulsó en Nafarroa la creación de la ONG Cazadores contra el Hambre

(https://cazadorescontraelhambre.org), que propugna la recogida de piezas de caza menor y mayor que, una vez cocinadas y convertidas en platos que son distribuidos de forma gratuita entre las personas más necesitadas.
Todas estas iniciativas desarrolladas por el adiestrador navarro resultan complementarias a la actividad de educación y entrenamiento a la que dedica porque “desde siempre he tenido una empatía especial con cualquier tipo de animal”, asegura, antes de reconocer que “la pasión por la caza y la naturaleza me llevó a lo que es hoy mi profesión y pasión”.

Obediencia básica

Para empezar a educar a un perro de caza “es necesario tener en cuenta saber cómo aprende, porque es importantísimo basarnos en el educando, Es decir, que no podemos pretender educar bajo nuestro criterio sin tener en cuenta de qué forma aprende, cómo entiende la vida y cómo entiende él cada parte de lo que le queremos enseñar”, señala Esandi.

Es necesario tener presente que el proceso arranca con la educación del cachorro, algo que es bastante simple porque se trata de “enseñarle nuestro lenguaje. Pensamos que los perros nos entienden, pero no es así. Por ello es necesario basarnos en la inteligencia asociativa, que consiste en empezar a preparar su mente para que comience a entendernos. Por ejemplo, para que entienda que queremos que se siente, es necesario recurrir a una serie de condicionamientos y que el sonido (palabra) con el que se lo indicamos lo relacione con ese acto. Y lo mismo haremos con la llamada, con ordenarle que se quede quieto,…”.

Para lograr que el perro materialice estos actos es necesario que los condicionamientos de su conducta se realicen de una manera positiva, bajo un mismo criterio y reduciendo a una única palabra o sonido lo que queremos que haga. Este tipo de ejercicios denominados de obediencia básica, constituyen el elemento iniciático en torno al que se sustenta todo el adiestramiento.

Jerarquía

“Dentro de las pautas encaminadas a que el perro responda a un comando, bien sea una orden, una llamada, una orden para sentarse o cualquier otra, es necesario que las repeticiones vayan cada vez a menos”, apunta Esnadi.
Esa pauta que “presenta grandes similitudes entre la psicología canina y la infantil”, está propiciada porque “en función de la respuesta aparece el premio o el castigo; con un ‘no’ en un tono enérgico y contundente y en el que no habrá premio o, por el contrario, con un ‘muy bien’ en tono musical o infantil que irá acompañado de un premio gustativo”.

Otro aspecto importante en este proceso de iniciación al adiestramiento radica en los tiempos de educación, porque “un perro aprende muchísimo más, mejor y más rápido en cortos espacios de tiempo, que es importa que se alternen con tiempos de recreo. Tres o cuatro minutos de repetir un ejercicio y luego cinco o diez minutos de esparcimiento”, explica el adiestrador. Mediante ese método de trabajo se consigue “que la motivación esté alta y que el aprendizaje resulte más divertido y efectivo”.

Para que este tipo de ejercicios permitan obtener los resultados deseados, es conveniente que durante el proceso de iniciación en el adiestramiento “se trabaje con el perro a solas, en un lugar más o menos aséptico donde no haya un exceso de olores o de ruidos y donde no haya otros perros. Que el proceso, al principio, sea algo en lo que únicamente están involucrados el educando y el educador”.

Un error que se comete a menudo es tratar al perro como si fuésemos sus amigos. “En ningún caso debemos actuar así. Siempre hay que mantener un estado de jerarquía por el que el perro entienda que quien le está educando es el líder y él es el educando; manteniendo la sonrisa del perro, pero en base a ese criterio jerárquico”, concluye Esandi.

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Redacción periódico digital Desveda #caza #pesca #tirodeportivo #rural #naturaleza

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