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La Federación interviene en el Parlamento de Navarra defendiendo la caza

La Federación interviene en el Parlamento de Navarra defendiendo la caza

La Federación Navarra de Caza reclama en el Parlamento que la actividad cinegética salga fuera de la ley de protección de los animales de compañía

Denuncia la inseguridad jurídica en la que quedaría el colectivo ante el incremento de ataques del radicalismo animalista

La Federación Navarra de Caza (FNC) acudió este martes al Parlamento de Navarra para exponer el perjuicio que supondría la aprobación de una ley foral de protección de los animales de compañía en Navarra que no presentara como excepción a los empleados en la caza. En palabras del presidente de la entidad, José Ángel Remírez, sería “como estar de espaldas a la realidad”, por lo que reclamó una ley más clara, “para la que no sea necesario estudiar un máster”, y que contenga esta salvedad.

Tres puntos importantes valora el colectivo de cazadores que debiera modificar la propuesta de ley encabezada por el cuatripartito y el PSN en la Cámara foral. El primero de ellos es el ya mencionado acerca de la exclusión de los animales participantes en actividades cinegéticas autorizadas, al que habría que añadir el reconocimiento de la FNC como instrumento básico en las tareas de divulgación e información en materia de bienestar y protección de los animales; y la simplificación en los requisitos para disponer de hurones para la caza, con el objetivo de facilitar el control de las superpoblaciones de conejos, una situación que en muchas zonas agrarias de Navarra plantea serios problemas.

El aspecto clave que reclama el colectivo de cazadores es que el artículo 4 de la norma, que matiza las excepciones de la ley, incluya a los animales que habitualmente forman parte de actividades cinegéticas. Nicolás Vicente Urbani, asesor técnico veterinario de la Real Federación Española de Caza y de la FNC, para resaltar la relevancia de las citadas propuestas, expuso a los parlamentarios de la comisión de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local que la caza reglada es indispensable para el control poblacional y la gestión medioambiental.

No se trata de una consideración propia, sino que la Organización Mundial de la Salud Animal ya ha citado a la caza en varios edictos como una herramienta sostenible y totalmente necesaria para la gestión del medioambiente y de las poblaciones de la fauna silvestre, sobre todo en lo referido a la prevención de daños agrícolas, la minimización de accidentes de tráfico y el cierre a la difusión de patologías.

“Consideramos que la caza reglada nunca puede ser considerada un maltrato animal”, aclaró, para también indicar que la exclusión reclamada debería extenderse a otras actividades realizadas en el medio natural, como el mushing, en las que los animales tienen el riesgo inevitable de sufrir accidentes, nunca intencionados y que, por tanto, no pueden ser tachados de maltrato.

En este sentido, recordó que el colectivo se enfrenta en estos momentos a un auge de la violencia y la radicalización de grupos animalistas y, por ello, manifestó que no puede dejarse un atisbo legal que permita a estos mal llamados defensores de los animales atacar por medio de denuncias a los cazadores. “Esta ley plantea una situación de inseguridad excesivamente grande”, alertó.

ACOSO ANIMALISTA

Remírez, de hecho, ya había informado a los parlamentarios sobre este acoso al que está siendo sometido el colectivo cinegético de Navarra, un ataque permanente que fomenta el odio: “Estamos en la diana y vemos cómo un día tras otro, cierta gente que se llama a sí misma animalista protagoniza actos vandálicos, delinque y, encima, se jacta de tenernos acorralados, cuando nosotros siempre hemos defendido el diálogo y desarrollamos una actividad legal y reglada”.

Esta “promoción del odio”, como la calificó, tuvo el pasado fin de semana un nuevo exponente, al resultar destruidos más de 12 puestos en Aranguren. “No podemos permitir que en Navarra exista este odio. Condenen esta violencia e impidan esta impunidad que les permite vanagloriarse de que delinquir no trae consecuencias”, reclamó Remírez a los miembros del Parlamento.

Antes de pasar al segundo de los puntos, los representantes de la FNC –también acudió a la Cámara foral el ingeniero forestal Aitor Merino- mencionaron que otras normas, tanto estatales como autonómicas, ya recogen esta excepcionalidad de los animales empleados en la caza, por lo que solicitaron al Legislativo navarro que siga los pasos dados en otros organismos.

Urbani resaltó después la importancia de que se reconozca a la federación como instrumento básico en las tareas de divulgación y educación en materia de protección y bienestar de los animales. “Si involucramos al sector -declaró-, desde el propio sector, este aprende. Tenemos una experiencia y una capacitación técnica suficiente para formar al colectivo cinegético y, además, trabajamos con técnicos muy cualificados, que conocen cómo se desarrolla la actividad cinegética reglada y las posibles implicaciones para el bienestar animal”.

CAZADOR FORMADO

Sin ir más lejos, la FNC organizó a finales del pasado año un curso para formar a los cazadores en sanidad animal, con el propósito de que se conviertan en centinelas de la naturaleza para prevenir la expansión de ecopatologías de máxima relevancia sanitaria en el panorama nacional y autonómico, como la tuberculosis, la gripe aviar o la peste porcina africana. Un modelo a seguir, apuntó Urbani, que en otras comunidades no representa una novedad.

El último de los aspectos reseñados por la FNC sacó a relucir que el Parlamento debe velar por las necesidades del medio rural navarro, que, como consecuencia de algunos puntos dentro de la propuesta de ley de protección de los animales de compañía, puede acarrear grandes perjuicios en su evolución. La identificación y vacunación obligatoria de hurones, por ejemplo, conllevaría una reducción del número de ejemplares empleados para la caza, debido al incremento del coste, y ello a su vez generaría un aumento de los daños agrarios producidos por el conejo silvestre, cuya superpoblación se acrecentaría.

En conclusión, la Federación Navarra de Caza trasladó al Parlamento la constancia de que la ciencia ha demostrado que la actividad cinegética es una herramienta sostenible, compatible y racional para la gestión, conservación y aprovechamiento de los hábitats silvestres y de sus poblaciones naturales. La caza, además, supone en muchas zonas de la Comunidad foral un elemento indispensable para el control poblacional y que, asimismo, es un exponente de valores como la amistad, la solidaridad, el respeto, la conservación de la naturaleza y la tradición.

Por tanto, avisó al Parlamento de que la norma propuesta dejaría a los cazadores en una complicada posición, ya que es inevitable que los animales participantes en las actividades cinegéticas puedan sufrir daños físicos. Pero son los propios cazadores quienes más interés tienen en prevenir y evitar estas situaciones, que nunca podrán ser consideradas como maltrato.

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Redacción periódico digital Desveda #caza #pesca #tirodeportivo #rural #naturaleza

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