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La pesca de carpas y barbos entra en su mejor época

La pesca de carpas y barbos entra en su mejor época

El palentino Javier Calvo nos explica las técnicas y trucos a poner en práctica estos próximos meses

Los aficionados a la pesca de carpas y barbos están inmersos en la época del año más propicia para disfrutar de esta actividad. Tras el desove que realizan los ciprínidos a finales de primavera, los ejemplares parten con ansia en búsqueda de alimento y “colaboran” en lograr jornadas de muchas capturas que, con unos buenos consejos, serán aún más productivas.

Para ello, contamos con la inestimable ayuda del palentino Javier Calvo, con tres décadas de experiencia y conocimientos acumulados en esta disciplina. Señala que la picada entre carpas y barbos “es muy distinta” y, según el mes, “disfrutas más de una o de otra. Por ejemplo, los mayores ejemplares de barbo se encuentran en los meses más fríos, pero está disponible todo el año. La carpa, en cambio, se prefiere en verano porque el ambiente es mejor”.

El primer y principal consejo que Calvo siempre da a los aficionados es “disfrutar del mero hecho de pescar, porque es muy fácil que un día vuelvas a casa sin hacer capturas. Y ya después, vendría el escoger un buen equipo”. Entre su material favorito para el carpfhising, “elegiría una caña de 3 o 3,5 libras y unos 12 pies, junto a un carrete potente, de 10.000 o 12.000, en el que puedas meter mucho sedal para poder trabajar peces tan grandes. Luego me centraría en un buen plomo y un buen anzuelo”.

Cebos

A la hora de identificar zonas por las que suelen moverse los ciprínidos, cita las aguas poco profundas. “Tanto los barbos, que desovan un poco antes, como las carpas, que lo hacen en abril y mayo, buscan zonas en las que puedan comer mucho y solearse, con el fin de coger energía y la temperatura óptima para estar activos”, detalla.

En el caso de los barbos, también es muy importante optar por las horas tempranas y cercanas al atardecer. “Aunque pueden aparecer durante todo el día, sus picos de actividad se dan a primera y última hora. Por el contrario, en el caso de las carpas, vale cualquier momento de la jornada”.

El cebo es otro de los detalles vitales para una jornada de éxito. Calvo, patrocinado por la marca gala Starbaits, aclara que la alimentación es similar en ambas especies. “En el carpfishing utilizamos boillies, pellets, semillas… Se pueden preparar en casa, pero es mejor optar por los productos comercializados ya que tiene una mayor duración, cercana al año o año y medio”.

Estos artículos pueden encontrarse en una amplia gama de sabores adaptados a los caprichos de los ciprínidos más exigentes. “Lo normal es que los dulces (como piña o melón) se utilicen en verano y los salados (carne, pescado, ajo, cangrejo), en invierno”.

El terreno de pesca es recomendable prepararlo previamente con la creación de cebaderos. “Eliges una zona del río para intentar cambiar el hábito de alimentación de los peces. Tres días a la semana cebas ese lugar con grano —en mi caso, con garbanzo, alubia, chufa, maíz— junto a trozos del boillie que vayas a usar durante la jornada de pesca. Con estos pasos, puedes controlar dónde comen y los concentras en un espacio que les resultará familiar cuando, unos 15 días más tarde, eches el anzuelo”.

Hasta 30 kilos

Para Calvo, la carpa es una especie recomendada para cualquier persona que quiera adentrarse en la pesca “ya que es sencillo conseguir capturas sin gastarte mucho dinero”. En cambio, el barbo “dependiendo de las zonas, es un poquito más complicado. Yo puedo sacar unas 8 o 9 carpas (de entre 3 a 10 kilos) por cada buen ejemplar de barbo (de 5-6 kilos)”, advierte.

En un nivel superior, Calvo habla ya de carpas que pueden alcanzar tamaños cercanos a los 30 kilos, “aunque después del desove pueden bajar hasta los 20”. De todas formas, recuerda, “en los meses de invierno pican menos, pero puedes conseguir ejemplares más grandes”.

El principal atractivo de pescar durante el verano es que los peces muestran mucha más actividad. “Y, sobre todo, porque es más cómodo para la mayoría de la gente, que cuando hace frío o lluvia no sale a practicar. Los que nos dedicamos a esto vamos todo el año”.

Respecto a las previsiones para esta temporada, Calvo no se atreve a lanzar pronósticos. “Lo bueno que tienen estas especies es que siempre te sorprenden, aunque este año ha sido muy complicado porque el clima está muy cambiante, alternando días de frío con días de mucho calor”, explica. “Creo que los peces andan tan liados como nosotros”.

Recomendaciones para una jornada productiva

Juan Carlos García, de la revista ‘Jara y sedal’, señala las pautas a seguir para que el día de pesca cumpla las expectativas del aficionado.

Busca a las carpas y barbos en las orillas someras. La primavera provoca un aumento del caudal y de la temperatura del agua de los ríos. Los peces despiertan de su letargo invernal y están débiles para recorrer largas distancias en busca de alimento y buscan zonas sin corrientes y poco profundas. Probablemente, se encontrarán en orillas con árboles que les cobijen y donde se generen remansos.

Ceba en abundancia con productos nutritivos. Para saciar el voraz apetito de estas especies tras el desove, confía en productos que contengan harinas de pescado y base de cangrejo, calamar, pulpo o krill. Escoge una zona en la que alimentarlas previamente con semillas y deja que se acostumbren y confíen durante varios días.

Aléjate del cebadero para dar con el gran premio. Las carpas son gregarias, pero los ejemplares más grandes suelen alimentarse de forma individual. Aprovecha esta particularidad para colocar una caña fuera del punto caliente de tu cebadero, con una pequeña cantidad de alimento. Pero ármate de paciencia, las de mayor tamaño son más recelosas y tardan en entrar a comer.

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