Según explica el cazador protagonista a El Correo Gallego el cazador, el perro desapareció durante una jornada de caza: Justo le perdí el rastro a 300 metros del Refugio, en una pista de tierra. Lo estuve buscando e incluso me encontré con unos padrinos (un tipo de voluntarios) que paseaban perros de Bando sobre la una y me dijeron que no lo habían visto. Volví a hacer una búsqueda por la tarde, porque yo a mi perro no lo abandonaría nunca, pero no hubo suerte”.
Finalmente, decidió acudir al refugio a probar suerte y allí localizó a su perro, pero tuvo que pagar 26 euros para sacarlo del refugio. “Me dijeron que había entrado a las doce del domingo, y yo le pregunté a los voluntarios que me encontré por allí y me dijeron que no lo habían visto, cuando el animal ya estaba en la perrera”, señala muy enfadado. Además, denuncia que nadie lo avisó de que su perro estaba en el Refugio, a pesar de tener microchip.