Los gestores de caza menor en general y perdiz roja en particular, saben que uno de los predadores que más daño causa en las nidadas es el jabalí.
El suido, que tiene un olfato de lo más fino, busca y detecta los nidos con gran facilidad, siendo por tanto un predador a tener en cuenta antes de «echar la culpa» a otros, como zorros, mustélidos y córvidos.
Antonio J. Carpio y sus colaboradores evaluaron el impacto de la predación en nidos simulados de perdiz roja en fincas que contaban con buenas densidades de jabalí.
Para ello colocaron los nidos artificiales en parcelas valladas frente al jabalí (pero accesibles a otros predadores) y otras parcelas sin vallado alguno.
En las parcelas con vallado «anti-jabalí» un 50% de los nidos fueron depredados y un 38% de los huevos, mientras que en las parcelas sin vallado el porcentaje fue de 80% nidos y 58% de los huevos. En estas parcelas, los jabalíes fueron responsables de la pérdida del 36% de nidos y 48% de los huevos.
Muchos ya lo sabíamos, pero la ciencia nos ofrece datos concretos sobre el daño que el jabalí puede estar causando en muchos cotos con densidades elevadas de jabalí. Por tanto, si quieres tener perdigones, tendrás que mantener a los macarenos «a raya».
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Fuente. cienciaycaza.org
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