El servicio contratado por el Ayuntamiento de Vitoria para controlar la población de jabalíes en el entorno de Salburua abatió 22 ejemplares a lo largo del año pasado. Pese a que el resultado se encuentra por debajo de los 30 animales que se fijó como objetivo, el Consistorio asegura que esa marca no se alcanzó «porque no fue necesario». Según explicó el concejal de Planificación y Gestión Ambiental, esas dos decenas de cerdos salvajes eliminados fueron suficientes para atajar los problemas que causan a los vecinos de la zona Este de la ciudad.
Los 22 jabalíes fueron sacrificados a través del nuevo método de la colocación de trampas y la posterior eliminación con armas de fuego con silenciador, que relevó al anterior proyecto piloto de realizar cazas selectivas con arco, que fue pionero a nivel nacional. El sistema que se emplea ahora consiste en vallar una zona y poner cebos en el interior, para controlar a los animales con unas cámaras durante varios días. Transcurrido ese tiempo, las puertas se cierran y se procede a la eliminación de los ejemplares con armas de fuego de pequeño calibre y con silenciador.
La evolución en el número de jabalíes abatidos en el entorno de Salburua se ha mantenido constante en los últimos meses, tras el repunte que experimentó con la entrada del nuevo sistema en comparación al proyecto del arco. En este sentido, los arqueros sólo cazaron 27 jabalíes entre principios de 2019 y finales de 2021, lo que elevó las dudas sobre su efectividad. Este método fue relegado de manera progresiva hasta que el Ayuntamiento ha virado su apuesta hacia el control a través de las armas de fuego.
El Consistorio, de hecho, acaba de renovar el servicio a través de un contrato de 12.100 euros (IVA incluido) con la misma empresa que lo desempeñaba. Se trata de un pequeño incremento con respecto a los casi 11.000 euros que desembolsó el pasado año. Parte de la oposición, sin embargo, mostró sus reticencias sobre esta fórmula sea la idónea para controlar el crecimiento poblacional de los jabalíes.
400 euros por ejemplar
«Está claro que este método, al igual que el de la caza con arcos, tampoco funciona. El año pasado este Ayuntamiento pagó más de 375 euros por ejemplar abatido y este curso ese coste subirá. Estamos pagando por cazar y por soluciones que no todos compartimos», lamentó el portavoz de Elkarrekin Podemos, Óscar Fernández (Berdeak Equo), quien solicitó un «estudio científico sobre especies cinegéticas» para elaborar otro tipo de plan.
No obstante, esta opción fue descartada por el Gabinete Urtaran, que se mostró satisfecho por el resultado obtenido hasta ahora. «Este método nos pareció el más adecuado y la gran mayoría de ejemplares se atrapa a través de estas jaulas. Todo tiene un coste para este Ayuntamiento, pero es un problema que hay que resolver», justificó el concejal César Fernández de Landa.
Fuente. EL CORREO
Cargando...
