Los cotos de caza suponen el primer ingreso económico para los ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes; son los que «generan riqueza» en zonas en las que es difícil vivir y buena muestra de ello lo dan las cifras de despoblación del mundo rural.
Ante esta situación, el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, auguró ayer en el programa ‘Castilla y León. El Contrapunto’ un negro futuro ya que, a su juicio, «estamos a un paso de que la gente abandone los cotos porque son inviables económicamente» y teniendo en cuenta la crisis actual, la situación es más complicada.
Al coste del arrendamiento del coto se suman otros que se han puesto por las nubes, por ejemplo, el del seguro de responsabilidad civil que cubre los daños de accidentes de tráfico en zonas con alta siniestralidad y que puede ascender, según Iturmendi, hasta 30.000 euros. A este gasto se añaden los costes derivados de los seguros agrarios de Agroseguros que, afirma Iturmendi, traspasan a los cotos las cantidades que ellos abonan a los agricultores por daños causados por animales en los viñedos. Con todas estas cifras en la cabeza, para el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, ser cazador no es una actividad de lujo sino una «heroicidad económica».
Iturmendi también abogó ayer en el programa por endurecer las penas a la caza furtiva porque afirma que es muy complicado detener a los responsables de esta actividad y cuando se les ha detenido, resulta que las sanciones que se les imponen son «demasiado pequeñas», además, añadió, hacen mucho daño a los que practican esta actividad legalmente.
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