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Comentarios sobre la temporada de pesca

Comentarios sobre la temporada de pesca

Comentarios sobre la temporada de pesca. Prácticamente en todos los ríos peninsulares se ha desvedado, aunque el más modesto de los pescadores es consciente del oscuro horizonte que se le presenta con la pesca de la trucha.

La gravedad de la situación es de tal calibre que en muchos ríos antaño con gran tradición truchera, donde enganchar una docena de pintonas de las nuestras estaba al alcance de cualquiera, hoy es casi imposible localizar un par de ellas.

Salvo en las regatas septentrionales propias para especies de agua fría como la trucha, en el resto terminaremos pescando truchas en las piscifactorías.

Algunas de las especies foráneas introducidas en nuestras aguas han desplazado a las autóctonas cuando no han sido predadas en su casi totalidad.

En los ríos confluyen gran parte de los elementos contaminantes que la sociedad ha puesto en el medio: pesticidas, detergentes, herbicidas, etc.…

Y ante este panorama la esperanza de quien trastocó los ríos sea capaz de solucionar el problema se me antoja cuando menos difícil.

La situación es tan evidente que bien puede justificar el tono catastrofista para la temporada de pesca, en los medios especializados al respecto.

Sin embargo, todo lo expuesto no nos exime, sino todo lo contrario, de ponernos a buscar soluciones a un grave problema que a todos por igual nos afecta.

Si queremos que nuestros ríos sean capaces de general vida habrá que regenerarlos. En los ríos como en los campos debe admirarse la pureza porque suciedad y bullicio de sobra tenemos en algunas ciudades.

De siempre el hombre ha entendió que para avanzar debería ser práctico, haciendo útil todo aquello que le rodea, pero ha olvidado que si no conserva virgen gran parte de lo que ha heredado el futuro se le volverá en contra.

Todos sabemos pues cuál es el verdadero problema de fondo. No hay que ensañarse con ese infeliz que aburrido de bañar la gusana, termina pescando cualquier cosa.

Los ríos para algunos siguen siendo el basurero de todo tipo de inmundicias al ampara de ese falso progreso en el que todo está justificado en aras de la comodidad.

Si me apuran, quizás los ríos sean el espejo donde se refleje gran parte de la cultura del pueblo que los cobija. Porque si no existe ética y respecto hacia los mismos posiblemente no avanzaremos nunca.

Pero si habría que destacar una especie que suscite especial pasión entre los aficionados nadie duda que el salmón atlántico es el monarca del río. Un pez de ida y vuelta poderoso, esquivo y difícil de pescar.

Si a esto añadimos los complejos trámites burocráticos que requiere hacerse con un pase durante la temporada de pesca, en un buen tramo salmonero, estamos ante la pieza soñada por todos los amantes de grandes emociones.

Los primeros en remontar los ríos serán los pequeños vernales, luego lo harán los abrileños, allá por mayo los mayucos y en junio los añales, que como su nombre lo indica son ejemplares de un año.

Todo cuanto rodea a este emblemático pez está rodeado de una aureola de misterio y complejidad que suscita al pescador una atracción especial, difícil de encontrar en otra especie.

Tres son las modalidades para su pesca; cebo, cucharilla y mosca. No es fácil manejarlas para atraer a un pez que al pasar del agua salada a la dulce obtura su aparato digestivo y que solo ataca al señuelo por su instinto predador.

De todas formas todos los pescadores deberían tener su oportunidad de tentar a la suerte y poder experimentar la indescriptible ilusión de clavar, luchar y sacar esta joya de la naturaleza que es nuestro salmón atlántico.

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Foto EL PAÍS

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Redacción periódico digital Desveda #caza #pesca #tirodeportivo #rural #naturaleza

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