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La caza es insuficiente para controlar las poblaciones de jabalís ante la amenaza de la peste porcina

La caza es insuficiente para controlar las poblaciones de jabalís ante la amenaza de la peste porcina

La caza es insuficiente para controlar las poblaciones de jabalís ante la amenaza de la peste porcina

La previsible llegada de la enfermedad a la Euskadi y la Península ibérica tendrá consecuencias catastróficas para todo el sector cárnico durante los siguientes 25 años

Que la Peste Porcina Africana (PPA) llegue en los próximos meses a Euskadi y al resto de la Península ibérica parece algo prácticamente inevitable a tenor de lo acontecido en Europa, donde se detectó un primer foco en la República Checa y casi de un día para otro ha llegado a Bélgica. Su transmisión a través del contacto directo hace que los jabalís formen parte de la cadena de transmisión del virus causante de la enfermedad, ante la prohibición decretada por la Unión Europea para el movimiento de cerdos de un país a otro.

Las consecuencias que podría tener la llegada de la PPA a la Península ibérica hacen imprescindible que las autoridades sanitarias “se pongan las pilas” para intentar minimizar sus efectos “y porque es absolutamente necesario controlar las poblaciones de jabalís”, según Florencio Markina, zoólogo, presidente de la Asociación del Corzo Español y responsable de Aran Servicios Medioambientales.

De hecho, uno de los aspectos detectados por las autoridades sanitarias europeas habla de que los reservorios de la PPA ya no son las explotaciones porcinas, sino que son las poblaciones de jabalís en estado salvaje las que la están manteniendo y diseminando por toda Europa.

Las directrices marcadas por la Unión Europea no están hablando de disminuir las poblaciones de jabalís ya que resulta algo muy difícil de conseguir, pero sí que está intentando controlarlas y evitar que aumenten aún más. “Si tenemos en cuenta que cada año las poblaciones de jabalís se incrementan un 100% y solo se reducen en torno a un 50% a través de la caza, el resultado es que las poblaciones crecen cada año en torno al 40 o al 50%, y eso es necesario frenarlo”, apunta el zoólogo.

Graves consecuencias

Por eso es necesario “atacar ese crecimiento por todos los frentes” y evitar que se repitan los efectos que tuvo en España la gran epidemia de PPA de finales de la década de los años 70. Para ello resulta necesario adoptar las máximas precauciones “porque sus consecuencias se prolongaron durante más de 25 años”, señala Markina.

De hecho, su incidencia no afectaría únicamente al sector porcino sino a todo el sector cárnico en general. La presencia de la peste “hundiría el precio de la carne de cerdo, con lo que los consumidores se decantarían por adquirir ese tipo de carne en lugar de la de otros animales”, asegura el zoólogo. Para zonas de gran implantación de explotaciones porcinas como Cataluña o Aragón, la enfermedad supondría una verdadera catástrofe.

Para evitar llegar a ese tipo de situaciones es necesario atacar la eventual presencia de la enfermedad “desde todos los frentes”. El Plan de Gestión del jabalí que está estudiando su incidencia en Araba, considera que existen en torno a unos 7000 ejemplares en torno a un área de 340.000 hectáreas, con lo que su número podría situarse en toda Euskadi entre 10.000 y los 15.000 en toda Euskadi.

En Euskadi es posible practicar la caza en el 80% de su territorio, pero en el 20% restante no se caza ya que corresponde a los núcleos urbanos, reservas o refugios, con lo que esas zonas suponen un reservorio para los jabalís. “Igual es necesario cambiar la legislación para permitir la caza en algunas de esas zonas”, apunta Markina, quien reconoce que “las personas que viven en zonas urbanas están en contra de la práctica de la caza”.

Cuestión sanitaria

Pero la proliferación de jabalís y la catástrofe que supondría la llegada de la PPA hace necesario “que la gente se conciencie de que el problema no es de caza sí o caza no, ya que se trata de una cuestión sanitaria que puede derivar en consecuencias muy graves”, advierte Markina.

Incluso sería necesario hacer ver a la población en general que la caza puntual en algunos reservorios en los que no está permitida esa práctica sería favorable para el control de ciertas especies. “Creo que los cazadores tienen en este momento una gran oportunidad para revindicar ante la sociedad su papel, porque son indispensables ante la propia situación y sus posibles consecuencias”.

Tratar de impedir que los jabalís accedan al alimento junto a la práctica cinegética que, por sí misma es incapaz de contener el incremento de las poblaciones, pueden contribuir a paliar el incremento de poblaciones, pero no a solucionar el problema. Pero “tampoco se puede hacer recaer toda la responsabilidad sobre los cazadores que son partícipes de una actividad lúdica y de esparcimiento, por lo que habrá que estrujarse la cabeza para buscar otras alternativas. Los cazadores no van a practicar esa actividad los 365 días del año, pero el recurso de contar con cazadores profesionales podría ser una alternativa”.

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1 Commentario

  1. Tarratian
    0

    La caza efectivametne, es insuficiente para controlar la población de jabalí. Pero atl como se practica, además de insuficiente es CONTRAPRODUCENTE. y cara.

    Desde el punto de vista social es mucho más efectivo y económico hacer contar con una población adecuada de lobo. (2-3 manadas) es infinitamente más barato pagar indemnizaciones por las 50 ovejas que matarían al año que los daños producidos por une xceso poblacionasl de jabalí d unas 10.000 cabezas.

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