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La caza tradicional de jabalís puede ser insuficiente ante la Peste Porcina Africana

La caza tradicional de jabalís puede ser insuficiente ante la Peste Porcina Africana

La caza tradicional de jabalís puede ser insuficiente ante la Peste Porcina Africana

La República Checa ha recurrido a cazadores profesionales y al ejército para erradicar el brote detectado en el país

La aparición en diferentes países del Este de Europa de brotes de Peste Porcina Africana (PPA) mantiene en alerta a las autoridades sanitarias del resto del continente y de la Unión Europea, al tiempo que se conoce con certeza que la epidemia se ha extendido a China, que ocupa el primer lugar a nivel mundial en la producción de carne de cerdo, seguido de Alemania y de España.

Las posibles consecuencias que podría tener la llegada al Estado español de esta enfermedad serían imprevisibles, aunque existe la experiencia de lo sucedido “en la década de los años 70, cuando se hizo presente la PPA, lo que obligó a cerrar las puertas de las exportaciones durante 25 años. Incluso se mantuvo la prohibición un año después de estar erradicada”, recuerda el doctor en Ciencias Biológicas, zoólogo y responsable de Aran Servicios Medioambientales Florencio Markina.

En el contagio de la PPA entre cerdos tiene una gran importancia el crecimiento exponencial que están desarrollando los jabalís, especie a la que también afecta el virus que provoca esta enfermedad que “es capaz de matar al animal en una semana”, según señala Markina.

El potencial peligro de expansión de la enfermedad está motivado también por el incremento incontrolado de poblaciones de jabalís “y porque en Europa siguen creciendo y, además, todos los modelos señalan que puede continuar en esa dirección. Es necesario que, en caso de no conseguir reducir las poblaciones, sí que por lo menos deberían estar controladas en lo que a su número se refiere”.

En esa tarea los cazadores constituyen una herramienta que se presenta fundamental, aunque Markina subraya que “no se puede echar toda la responsabilidad sobre las espaldas de los cazadores” ya que recuerda que “lo suyo es una afición y no tienen ninguna obligación de cazar jabalís”.

Medidas extremas

Como ejemplo de actuación extrema para erradicar la PPA, el experto apunta a la drástica decisión adoptada en la República Checa, donde la insuficiente participación de los cazadores en el intento de controlar la propagación del virus llevó a los responsables gubernamentales a recurrir a cazadores profesionales e incluso al ejército. Los resultados, al parecer, “han sido satisfactorios porque han conseguido erradicar la enfermedad en el país”.

La realidad señala sin embargo que en la vecina República de Eslovaquia no se ha conseguido erradicar la enfermedad, con lo que el peligro de contaminación de los jabalís y cerdos checos continúa vigente, a pesar del control total establecido en el país.

Además del contagio por el intercambio de fluidos que puede producirse entre jabalís y cerdos, Markina advierte de otras posibles actuaciones que pueden posibilitar la aparición de un nuevo brote de la enfermedad en zonas que no sean limítrofes. “Si una persona se desplaza a una zona en la que haya PPA y si no limpia adecuadamente el calzado o la ropa que ha utilizado, existe el riesgo potencial de transmitir la enfermedad”.

También existe la posibilidad de que los camioneros o las personas que viajen de un país a otro introduzcan embutidos y otros productos derivados del jabalís o cerdos de países afectados por la PPA, contribuyendo de esa manera a propagar la enfermedad si no se adoptan las medidas adecuadas.

Riesgo de contagio

“En necesario que quienes consuman ese tipo de productos no depositen sus restos en papeleras y contenedores abiertos, tal y como advierten mediante carteles las autoridades sanitarias en Euskadi”, apunta Markina, que señala que la medida también se ha implantado en otras comunidades del norte de la península.

Además de esa red de ‘vigilancia pasiva’, es necesario llevar a cabo actuaciones correctas en el caso de encontrarse un jabalí muerto y que puede estar infectado por la PPA. En esa labor tiene una especial importancia la actitud de los cazadores. El experto recuerda que en ese caso es necesario “dar aviso a los responsables de la correspondiente Diputación foral para que desarrollen un protocolo que incluye la introducción del animal en un a bolsa aséptica para su traslado a un centro de tratamiento adecuado por parte de profesionales”.

También recuerda que una vez retirado el animal existe la prohibición expresa de cazar en un perímetro de 20 kilómetros alrededor del lugar en el que se halló el cadáver.

Para evitar la excesiva proliferación de jabalís Markina recomienda mantener la presión cinegética sobre la especie, aunque también es cierto que en el caso de Gipuzkoa las capturas de esta temporada serán sensiblemente inferiores al cupo establecido de 2.268 ejemplares, debido a la huelga que han mantenido los cazadores de esa provincia y pese a que el período de caza permanecerá abierto hasta el 31 de marzo.

Los aficionados a esta modalidad cinegética optan por las piezas de mayor tamaño atraídos por la mayor calidad del trofeo obtenido, con lo que la edad media de los ejemplares puede situarse en torno a los 20 meses. “Al cazarse los ejemplares más viejos se rejuvenece la especie y se produce una descompensación de edades. Por esa razón es conveniente que los cazadores opten por los ejemplares más jóvenes, da igual que sean machos o hembras, porque lo interesante es tratar de evitar ese rejuvenecimiento de la población”.

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