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La gripe aviar desata otra alerta sanitaria en plena pandemia de coronavirus

La gripe aviar desata otra alerta sanitaria en plena pandemia de coronavirus

La gripe aviar desata otra alerta sanitaria en plena pandemia de coronavirus

Las comunidades autónomas endurecen las medidas preventivas para evitar la expansión de la enfermedad entre la cabaña avícola y el riesgo de contagio en humanos coincidiendo con el paso de las aves migratorias y ante el constante aumento de los focos en varios países de todo el mundo.

Las gallinas de corral, y los patos, los pavos y las ocas, han comenzado a ser confinadas en varias zonas de España como medida preventiva ante la constante proliferación en los últimos meses de focos de gripe aviar entre animales en varios países, en los que, a pesar de tratarse de una zoonosis que lleva quince años provocando contagios en humanos, todavía no se han documentado nuevos episodios de ese salto entre especies en esta etapa.

La alerta, circunscrita hasta ahora al plano veterinario, llega en plena pandemia de coronavirus, que en países como España ya ha provocado tres ondas epidémicas, cuando ya parece fuera de discusión que el origen de la covid-19 fue animal y al tiempo que la OMS (Organización Mundial de la Salud) llama la atención sobre la dificultad para detectar nuevas enfermedades que entraña la concentración de esfuerzos en el coronavirus, tal y como esta sucediendo con el MERS en Oriente Medio.

«El resto de los virus están ahí, y no les afecta la pandemia del coronavirus, de la que nos estamos ocupando por razones obvias; pero ojo: hay que estar alerta», explica Juan José Badiola, catedrático de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza y director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes.

«El resto de los virus están ahí, y no les afecta la pandemia del coronavirus (…) Hay que estar alerta»

Así, comunidades como Navarra y Aragón, las dos más cercanas a las áreas del sur de Francia en las que se concentran los focos activos; Galicia, que mantiene un fluido tráfico comercial con áreas afectadas del Atlántico, y Catalunya, donde ya han muerto varias aves silvestres por este virus, han adoptado medidas entre las que destaca una: prohibir la cría al aire libre de gallinas, patos, pavos, ocas y gansos, que deberán permanecer a cubierto y en locales cerrados para evitar su contacto con especies migratorias.

En el caso de la cría doméstica, que sigue siendo relativamente habitual en el mundo rural, ese tipo de animales no podrá permanecer en corrales a la intemperie, algo que tampoco podrá ocurrir en las explotaciones de carácter extensivo.

Las distintas órdenes también contemplan proteger el acceso de las aves domésticas a bebederos que puedan utilizar también los pájaros silvestres, lo que incluye el suministro de agua de los mismos, restringir el acceso de personas a las granjas y criaderos y extremar la limpieza y la desinfección de las instalaciones y los vehículos. Otras comunidades, como Andalucía, incluyen también en el catálogo de prohibiciones el empleo de cebos vivos para cazar aves acuáticas.

Se trata de evitar en la medida de lo posible los contactos de las aves de granja con las silvestres, especialmente las migratorias, y, al mismo tiempo, de reducir al máximo los de los seres humanos con esa cabaña ganadera, por el riesgo de contagio para las personas que presentan los pájaros domésticos al poder actuar como transmisoras de los virus que transportan las salvajes.

Un virus cuyas cepas ya han saltado del animal al hombre

La OMS define la gripe aviar como una «enfermedad infecciosa de las aves causada por las cepas tipo A del virus de la gripe», los cuales «normalmente no infectan a los seres humanos» aunque «se han dado casos de cepas hiperpatógenas que han provocado enfermedades respiratorias graves en el hombre».

«Preocupa la posibilidad de que el virus pueda mutar y adquirir la capacidad de transmitirse fácilmente entre humanos»

«Preocupa la posibilidad de que el virus pueda mutar y adquirir la capacidad de transmitirse fácilmente entre humanos, lo que aumentaría el riesgo de una pandemia de gripe», admite la OMS, que recuerda que «en la mayoría de los casos, las personas infectadas habían estado en contacto directo con aves de corral infectadas u objetos contaminados por sus heces».

De ahí la preocupación generalizada entre las administraciones por adoptar medidas preventivas, aunque no se trata de la gripe porcina que, con origen en esa especie animal, desató entre abril de 2009 y agosto de 2010 una pandemia que causó 18.500 muertes según la OMS o entre 150.000 y 575.000 según las estimaciones de los CDC (Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades) de EEUU.

«Todas las gripes, que son virus tipo influenza, eran aviares y se han ido adaptando a otras especies, incluso a los mamíferos marinos», indica Badiola, que llama la atención sobre su potencialidad pandémica, para la que «hay un escenario muy proclive como consecuencia de factores como el cambio climático, la deforestación, la pérdida de biodiversidad o la mayor movilidad. Cada vez va a haber más pandemias por esta situación».

La alerta, veterinaria hasta la fecha, coincide con la práctica desaparición de la gripe ‘normal’ entre las enfermedades de declaración obligatoria que controla el sistema sanitario español, cuyos boletines de vigilancia epidemiológica únicamente reseñan siete casos desde el pasado otoño, al parecer como consecuencia de las medidas preventivas frente a la covid-19 (causó 1.852 muertes en 2018), y supone un riesgo para un sector económico en el que operan más de 20.000 granjas de carne y casi 1.500 de puesta de huevos.

El principal mes de paso de las aves migratorias

Los contagios de la gripe aviar entre especies tienen su base en la mutación del virus, que ocasionalmente genera cepas capaces de saltar de unas a otras e infectar a las segundas, lo que ha llevado al Ministerio de Agricultura y a las comunidades autónomas, que gestionan el grueso de las competencias en sanidad animal y en biodiversidad, a establecer varias actuaciones de prevención.

«Las susceptibles de pasar a los humanos son las de alta patogenicidad, que son las que presentan elevados niveles de transmisión y de intensidad en sus efectos» en las aves antes de saltar a las personas, explica Badiola, que destaca cómo en Europa ya «ha habido algunos brotes que no inspiran mucha confianza».

Esas medidas preventivas consisten básicamente en evitar el contacto entre las aves migratorias que este mes de febrero cruzan la Península Ibérica, especialmente las acuáticas por la mayor probabilidad de que actúen como portadoras y por actuar los humedales como nodos de sus rutas de los que pueden partir nuevos vectores de expansión, y en supervisar la aparición del virus en unas y en otras.

Así, el Programa de Vigilancia de la Influenza Aviar en España 2021 señala un total de 68 especies de pájaros silvestres como posibles portadores, con especial atención a 16 de ellas entre las que se encuentran algunas de ánades y ánsares y también de gaviotas, chorlitos, patos, avefrías y porrones, mientras en el segundo grupo figuran azores, garzas, gavilanes, búhos, cisnes, cigüeñas, halcones, milanos y cernícalos, entre otras.

«Las (cepas) susceptibles de pasar a los humanos son las de alta patogenicidad»

Solo dos de los seis pájaros silvestres muertos por gripe aviar en España en los últimos meses, un ánsar común cuyo cadáver fue localizado a finales de enero en la laguna Grande de Villafáfila, en Zamora, y una oca hallada por las mismas fechas en Castelló d’Empúries (Girona), pertenecen al primer grupo, mientras que tanto el halcón peregrino detectado en Noja (Cantabria) en noviembre como otras tres cigüeñas encontradas en la misma localidad gerundense estarían adscritas al segundo.

En ninguno de los casos portaban cepas susceptibles de saltar a los seres humanos. «Actualmente, España es un país oficialmente libre de influenza aviar», informa el Ministerio de Agricultura.

Las granjas de más de 1.200 municipios bajo vigilancia

No obstante, y aunque los hallazgos no conllevan «restricciones comerciales al movimiento de aves vivas ni de sus productos» y los últimos focos detectados en el país se remontan a febrero de 2017 en varias granjas de patos de Barcelona y Girona, el último informe de incidencia de ese mismo departamento admite el «aumento de riesgo ante la reciente evolución de la situación epidemiológica en la zona de las Landas, en el sur de Francia, así como en gran parte del norte y centro de Europa».

Francia concentra 53 de los 246 focos detectados en toda Europa desde principios de diciembre. De ellos, 48 fueron localizados en granjas y solo cinco en pájaros silvestres. También provocan recelos los localizados en la costa atlántica.

Esa situación ha hecho que el Gobierno central adoptara medidas como prohibir la presencia de aves domésticas en ferias y certámenes en las zonas de mayor riesgo y las de especial vigilancia, que suman 1.202 municipios (425 y 777), más de la octava parte del país.

Paralelamente, y al tiempo que daba vía libre a las comunidades para endurecer las restricciones, el programa de vigilancia señala como especialmente sensibles a once comarcas catalanas, nueve andaluzas, cuatro gallegas, tres de Castilla-La Mancha y el País Valencià, una en Madrid y otra en Canarias en las que coinciden, entre otros factores, la presencia habitual de aves silvestres de riesgo en sus humedales, y una densa cabaña avícola.

«Las granjas actuales ofrecen muy poco riesgo de que las aves de cría puedan tener contacto con las migratorias, aunque estas van donde hay comida y allí suele haberla», anota Badiola, que señala que el eventual canal de contagio a los humanos sería el respiratorio. «La vía alimentaria es muy poco peligrosa, siempre que se cocinen tanto la carne como los huevos», añade.

Fuente. publico.es

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