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De la salud, a la caza

En los últimos tiempos asistimos incrédulos a un espectáculo más propio de pícaros que de políticos democráticos con el asunto del mercadeo de la salud, que afecta a algunos ciudadanos.

Quienes debieran ser los adalides que velasen por la salud ciudadana, los toman como rehenes de sus correrías políticas, retirándoles la licencia de la asistencia sanitaria, dejándolos desangrarse en tierra de nadie, entre las alambradas de las trincheras que levantaron con sus contrarios políticos; mientras, ellos se debaten ante micrófonos y cámaras en actitudes desafiantes y chulescas.

Estas posturas vergonzantemente ridículas, sin embargo, producen eco entre los voceros comentaristas de los medios de difusión, y se produce como un reguero de pólvora que amenaza estallar en otros ???reinos de taifas???. Incluso se negocia con rehenes y se mercadea con la salud.

Algún ciudadano, más sensato que político, interviene en los medios pidiendo que el sistema de salud del Estado sea único, que cada ciudadano disponga de un carnet de salud, globalmente válido para que se le atienda, sin discriminaciones, en toda y cualquier tierra estatal, allá donde se encuentre cuando su salud lo requiera.

Esto me parece lo razonable y ajustado??? ¿Acaso los jubilados no cobran su pensión de una misma Seguridad Social, sin importar al gobierno que el metro cuadrado de vivienda sea en unos lugares, la mitad y hasta un tercio que en otros?

Con el asunto de la salud no se debiera jugar como lo hacen los ineptos políticos de La Rioja y Euskadi. Esperemos que lleguen a los acuerdos pertinentes; aunque, por el camino, ya nos mostrasen sus impudicias, confirmándonos lo exiguo de sus hechuras.

Todo ciudadano debería saber que los cazadores no olvidamos que llevamos décadas clamando por una injusticia, entre otras, la que supone que en tiempos de la dictadura pudiéramos cazar con una sola licencia en todo el estado a un precio módico y habrían de tomar el gobierno los políticos, que se confiesan diariamente demócratas, y obligarnos a los cazadores a pagar una licencia por cada autonomía que visitemos con nuestra escopeta por un solo día. Por entonces hubo temporadas que cacé con una sola licencia en lo que después serían cuatro comunidades autónomas.

Pregunto: ¿Qué meritos hicimos los cazadores, para que esta democracia, ensalzada con falacia, nos descuartizara con diecisiete licencias de caza? Claro, cuando el cazador alza su voz muchos pensarán que es solo su problema y no el suyo. Craso error??? como dice el refrán??? ???Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar???

De aquellos polvos vienen estos lodos. Cuídense que aquello ???el establecimiento de una licencia de caza para cada comunidad; total 17, sustituyendo a la nacional- no resulte un ensayo, como el bombardeo de Gernika lo fue para la Luftwaffe, porque ello supondría que tendríamos que viajar por el estado con un tarjetero de cartillas sanitarias y cada taifa nos impondría su gravamen por cuidar nuestra salud en su reinado, como lo ensayaron con las licencias de caza, aunque la mayoría de autonomías fueran una creación de laboratorio político con el pretexto del café para todos??? Así les van a ellas y por afección a nosotros.

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