La caza de jabalíes está considerada como una práctica de riesgo. La montería es la más clásica y tradicional modalidad, además de las conocidas como batidas. En ellas intervienen entre dos y seis cazadores y, según la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana, para practicar este tipo de caza «hay que estar muy bien organizado y respetar al guía ya que en caso contrario podría resultar un verdadero fracaso».
La montería consiste en disponer una serie de armadas o líneas de puestos con cazadores que rodean o cubren el terreno. Según su particular ubicación en la mancha, las armadas reciben diversos nombres: cuerda (la más alta), sopie (la más baja) y traviesa (se encuentra en medio de la mancha y, como su nombre indica, es la que atraviesa). Desde un extremo determinado o desde más de uno, se procede a la suelta de las rehalas que, conducidas por sus respectivos perreros, batirán la mancha en diversas direcciones con el objetivo de que las piezas de caza atraviesen las líneas de monteros o sean avistados por estos.
A pesar de la apariencia de acción planificada, «la montería es una modalidad que requiere de la máxima atención, silencio y puntería por parte del montero», se apunta desde la federación.
Nueva regulación
En octubre de 2010 el Consejo Valenciano de la Caza, órgano asesor de la administración valenciana, ya trabajó en una orden específica para el jabalí para incrementar la presión cinegética sobre esta especie con el objetivo de estabilizar su población. Con esta medida, también se pretende compatibilizar la efectividad en la caza del jabalí con la seguridad para las personas. Por otro lado, cabe destacar que el pasado miércoles la Generalitat de Cataluña autorizó de forma excepcional y por un tiempo limitado la caza de jabalíes con arco y flechas en el Parque Natural de Collserola, para comprobar la efectividad de esta práctica en la limitación de la población de estos animales.
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