¡Qué vienen las nutrias!

Pues, ¡qué bien! O,
¿tal vez no? Habrá
quién, preocupado, piense: las nutrias
se comen a las truchas (donde las hay), por lo
que, serían una amenaza más
para la pesca. Nada más lejos de la
realidad.

La situación de este fascinante
habitante del río ha llegado a ser muy
grave, pero afortunadamente la tendencia va
invirtiéndose y poco a poco vuelve a
presentarse en ríos donde ha estado
décadas ausente. Por aquí, su
presencia es ya regular en Araba y Nafarroa
pero aún muy rara en Bizkaia y
Gipuzkoa. Que este magnífico
mustélido volviera a recorrer todos
nuestros ríos sería una de las
mejores noticias que podríamos tener
los pescadores. Personalmente, han sido pocas
las veces que he tenido la suerte de toparme
con este hábil pescador, pero todos los
encuentros se convierten en momentos
mágicos difíciles de olvidar.

No debemos confundirnos de enemigo. Las
nutrias no son un problema para las truchas,
sino víctimas de las mismas amenazas
que afectan a éstas. Canalizaciones,
dragados, talas en los bosques
ribereños, obstáculos en el
cauce, alteraciones de todo tipo en el caudal:
minicentrales, canales, trasvases, robos de
agua para riegos; los sinvergüenzas que
sueltan y traslocan peces alóctonos,
furtivismo y sobrepesca, exceso de
sedimentación por prácticas
forestales agresivas (matarrasas), uso de
plaguicidas y fertilizantes, las substancias
químicas tóxicas no depuradas
como los medicamentos, los incendios y sus
cenizas, el uso masivo de sal en las carreteras,
la ocupación sistemática de la
llanura de inundación y
violación de la ley de aguas, las
“limpiezas” de las orillas,
venenos matarratas, el desinterés de la
sociedad por los ríos y sus problemas,
nuestra propia ignorancia e inacción,
los problemas ocultos o desconocidos…
etc. etc. Éstos son los problemas de
nuestros ríos y contra los que tenemos
que manifestarnos. La nutria, lejos de
perjudicar, ¡puede ser una valiosa
alidada en esta lucha!

Y es que, la nutria, igaraba,
también conocida como ur-txakurra en
algunas zonas, es más grande, bonita y
emblemática que nuestra trucha
común, o, por ejemplo, los barbos.
¡Dónde va a parar! Es
más fácil concienciar a la gente
de la necesidad de cuidar sus ríos y
cuencas para poder tener nutrias. Por que de
los peces, no nos engañemos, no nos
acordamos casi nadie. La mayoría,
incluso entre naturalistas, no distingue una
loina de un ezkailu, y por lo general no saben
qué peces hay en el río de su
pueblo. Con la nutria es diferente.
Además, está catalogada en
“peligro de extinción”,
por lo que su conservación es
obligatoria por ley. Trabajar en la defensa de
la nutria es exigir unos ríos sanos, es
también por tanto trabajar por la
trucha.

Ojalá poco a poco nos demos
cuenta de la importancia de mimar esas
arterias que atraviesan nuestra
geografía, hábitat de
muchísimas especies y área de
campeo de pescadores. Ojalá llegue el
día en que podamos disfrutar de la
compañía de la nutria en
nuestras jornadas de pesca, hace demasiado
tiempo ya que la perdimos.

Iker Novoa Fariñas es el actual responsable de Pesca Continental de ADECAP GAZTEAK.