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Conciencia ambiental

La percepción de la importancia de preservar el medio ambiente en su sentido más global es afortunadamente cada vez mayor en nuestra sociedad, aunque a veces la valoración de los problemas o la dimensión de los retos que se nos plantean no se formulen con precisión suficiente. Nada ayudará más a este avance de la conciencia ambiental como el progreso científico que permita conocer con rigor los problemas y proponer actuaciones eficaces.

No faltan quienes han visto en la utilización desviada de ciertos avances científicos una fuente de amenazas para el futuro, así como el desarrollo de la capacidad destructiva en manos del ser humano que no tiene precedentes. Conocido este peligro, sería sin embargo suicida adoptar una actitud anticientífica, pues el ser humano no puede ni debe dar marcha atrás en su capacidad para conocer racionalmente la realidad. Ahí está también la mejor posibilidad de respetarla.

Sin caer en un “cientifismo” trasnochado no cabe duda de que la Ciencia es hoy el primer instrumento para analizar los retos ambientales, así como para articular la respuesta que precisen. La Ciencia Ambiental se nos revela en este sentido como un abordaje de conjunto, pluridisciplinar, necesitado de aportaciones de todos los campos desde la biología hasta las Ciencias Sociales, desde la Tecnología Física a la Antropología Cultural.

Nada más lógico que abogar por una aplicación de esa racionalidad científica al conocimiento de los problemas ambientales así como a la propuesta de solución de los mismos. Surgirá así el mejor apoyo para una toma de decisiones por parte de una sociedad que sólo acertará si se convence de que el futuro tiene derechos y actúa bajo el imperativo de una ética consecuente.

Dos actitudes muy negativas que surgen de todo esto son la negación de la existencia de ciertos problemas o -lo que es peor- la ignorancia de los mismos que puede llevar a decisiones como la negativa lamentable a considerar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero como una necesidad urgente. Como igualmente negativo es situarse en el extremo opuesto y descalificar de pleno y sin paliativos algunas posibilidades tecnológicas, aplicables a las prácticas agrícolas o ganaderas, que el progreso científico pueda fundamentar también en cuanto a sus posibilidades de aplicación respetuosa con el medio ambiente.

Todo esto que escribo, que puede ser un poco árido y lo comprendo, tiene también gran vigencia en el tema de la caza. Desgraciadamente, estamos asistiendo y cada vez más,  en sectores radicalmente en contra de la caza posiciones que no tienen nada que ver con la ciencia cuando se habla de que la caza está esquilmando la naturaleza.  

Aboguemos por tanto por una Ciencia que al crear Conciencia Ambiental sirva de instrumento para una sociedad necesitada de referencias, para que la opinión pública exija de los poderes públicos unas actuaciones de gobierno más allá de la coyuntura inmediata. Es difícil encontrar una vertiente de la actividad humana de valor más universal que la creación científica. Cuando constatamos que la problemática ambiental se convierte en planetaria, cuando vemos que, o la conocemos y abordamos en conjunto, o no hay posibilidad de solución, la Ciencia se nos revela como un instrumento fundamental en esa escala planetaria. Un instrumento que por importante que sea de nada servirá sin la determinación humana de enfrentarse al reto de proteger un medio ambiente que ha de legar a las generaciones futuras.

Químico y periodista especializado en temas medioambientales. Premio Nacional de Medio Ambiente 1998, que otorga el Ministerio y Premio Gonzalo Nardiz 2002 del Gobierno Vasco por su trayectoria destacada en la difusión e investigación en temas de conservación de la naturaleza. Miembro de Naturtzaintza-Consejo de Conservación de la Naturaleza de la Comunidad Autónoma del País Vasco, adscrito al Departamento de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno Vasco.

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0 Commentarios

  1. Iker Hidalgo
    0

    Cada vez hay mayor conciencia ambiental y ecologica, me parace estupendo.
    Lo que no entiendo es que muchos piensan que por ser ecologista hay que estar en contra de la caza. ¿Y la pesca? Pocos grupos «ecologistas» se meten con la pesca. En cambio a los cazadores no nos dejan en paz. ¿Que diferencia hay entre la caza y la pesca?
    Nosotros tambien tenemos la culpa de esto, a los contrarios a la caza les llamamos vulgarmente «ecologistas», cuando no son mas que eso; grupos anticaza que rara vez tienen relación con la defensa del medio ambiente.

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Químico y periodista especializado en temas medioambientales. Premio Nacional de Medio Ambiente 1998, que otorga el Ministerio y Premio Gonzalo Nardiz 2002 del Gobierno Vasco por su trayectoria destacada en la difusión e investigación en temas de conservación de la naturaleza. Miembro de Naturtzaintza-Consejo de Conservación de la Naturaleza de la Comunidad Autónoma del País Vasco, adscrito al Departamento de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno Vasco.

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