La contrapasa de la torcaz

De las modalidades cinegéticas que practico, la contrapasa de la torcaz, figuraba en el último lugar de mis querencias. Empero, su prohibición me afecta por partida doble; personal y colectivamente, porque soy cazador y solidario. Estoy orgullosamente vinculado con todos aquellos que mantenemos con probidad la herencia cinegética recibida de nuestros ancestros. Ello me motiva y ampara moralmente para opinar, confiando recoja buena parte del sentir de los cazadores vascos en este asunto.

La movida legislativa al respecto, dio tumbos y traspiés con pasos torpes y viciados de principio, aderezados con un cambalache político-ecologista. Mientras, la máxima autoridad de la Justicia española, el ministro Bermejo, cazaba sin licencia, tal como barrunté, [Gambara 12/02/09 ???La cacería de Garzón y Bermejo???] Quién debiera ser referente, resultó un impresentable. Por aquél, por éste y por otros atropellos jurídicos, al cazador respetuoso, estas injusticias le socarran su acendrada moralidad con el campo; lo malean desde la política y la jurisprudencia. Cuando se cierran pasos al agua, ésta encuentra siempre otras salidas. Quien exige acatamiento, ha de ganárselo con respeto y justicia; prendas que no cubren sus impúdicas vergüenzas a quienes, desde los estamentos político y judicial, rigen nuestros destinos cinegéticos.

La contrapasa se ha practicado secularmente en Navarra y País Vasco, de manera tradicional. La población de torcazas no está en peligro, ni en regresión, es una especie cuya biomasa evoluciona hacia la superpoblación. Según conteos, solamente por los Pirineos el año 2004 se contabilizó la entrada de 1.820.180 torcazas, y en 2008 se avistaron 2,208.369 ejemplares ???datos tomados de Internet-

La torcaz emigra a sus cuarteles de verano en bandos, aún sin emparejarse; no están en celo. Las vedas se establecen para proteger celo y reproducción. Si se acepta que se la cace en bebederos peninsulares, debiera permitirse su caza cuando abandonan estos lugares para desplazarse a Europa. Las condiciones de su celibato, no han variado. En algunas fincas se abaten en una sola jornada tanto como la entresaca de la contrapasa por tierras vascas, donde las capturas son ínfimas respecto a su población, por su complejidad. Además su calendario era breve; en 2004 el periodo hábil de la contrapasa fue del 8 de febrero al 14 de marzo, lejos del emparejamiento y reproducción.

También se establecían un máximo de puestos y de ejemplares a batir. Concretamente se cita que en el 2004 se cobraron 1.857 torcazas en la contrapasa, cuando esas cifras se alcanzan en una sola jornada en Extremadura pocos días antes.

La prohibición afecta a los más débiles: a los mayores, cuyas mermas físicas no les permiten ejercer otras modalidades venatorias y a la juventud que no dispone de acotados, por su elevado precio y poca disponibilidad. Esta ley, es un castigo intolerable a los cazadores vascos. Estoy convencido que si la contrapasa fuera gestionada para lucro de terratenientes españoles no se hubiera tramitado ni admitido esta prohibición.

Por otra parte si en Euskadi no tenemos asentamientos de torcazas ¿por qué nos castigan sin poderlas cazar cuando llegan de vuelta a nuestras tierras? Cuando ello implica derogar una ley por tradición. Ni siquiera se conformaron con todo el cúmulo de restricciones. Demuestra como empieza la presión mediática y donde acaba la jurídica.

Recelo de todo cambio; siempre es a peor. Nunca modifican una ley a favor del cazador. Este abuso desde el poder no les debería salir gratis. Si nos mantenemos pasivos se crecerán y propiciarán cambios más severos. Así que debemos plantar cara a esta situación y a todas las que supongan retrocesos. Estamos en las recogidas de firmas. Pero si no diera resultado, deberemos concienciarnos que necesitamos otras acciones más efectivas. Gestionemos con imaginación, busquemos soluciones y apliquémoslas. No podemos acoquinarnos ni arrodillarnos, no somos monaguillos de nadie. Somos cazadores avezados a afrontar lances y salir airosos. Además, nuestro colectivo aglutina la experiencia de los mayores, la fuerza de los maduros y el coraje de la juventud. Hagamos de la caza una causa común y solidaria. Ahora tenemos herramientas, como ésta revista, que nos ayudarán en ese empeño. Seguiremos??? ¡AURRERA!