Friso
Friso
Friso
Friso

Respetar la naturaleza

La afluencia masiva de visitantes pone en peligro los frágiles valores de los espacios naturales. El suelo, la flora y la fauna soportan las consecuencias de un uso inadecuado de estos lugares, amenazados por la presencia irrespetuosa de domingueros y demás gente.

Hoy en día la quinta parte de la población vasca urbana tiene costumbre de acudir al medio rural los fines de semana en invierno y en verano la tercera parte. Allí realizan distintas actividades: montañismo, escalada, pasear, recreo con barbacoas, etc. En general, se acude a zonas muy concretas cerca de la ciudad, a los espacios naturales protegidos, a zonas costeras o a zonas recreativas en montes públicos, concentrándose en poco espacio muchas personas con sus equipamientos de fin de semana.

Sin embargo, tenemos que ser conscientes que nuestra forma de actuar en el campo, en el monte…es muy importante. Un uso inadecuado de estos lugares puede provocar notables impactos en el suelo, en la flora y la fauna.

Los parajes sobrecargados de visitantes sufren de una degradación importante del paisaje, por el aplastamiento de la vegetación, pisoteo y destrucción del suelo, ahuyentamiento de la fauna, y otras acciones por el estilo. Si a esto se añade la extraña costumbre de arrojar basuras, aunque cada vez se hace menos, no es de extrañar que muchos lugares estén tan degradados que casi no sirven para su fin original: el descanso y el contacto con la naturaleza.

La presencia de basuras se ha convertido, en muchos casos, en algo consustancial a nuestros campos y, salvo en lugares que, por su valor ecológico se han declarado como espacios protegidos y disponen de una cierta vigilancia, ningún espacio próximo a un merendero, a un río o un embalse, se libra del rastro sucio de la civilización.

Muchas veces se piensa que determinados residuos arrojados en el campo se degradan sin mayores problemas. Nada más lejos de la realidad. Un papel clinex puede tardar tres o cuatro meses en degradarse, los restos de comida no terminarán de pudrirlos los microorganismos del suelo antes de ocho meses, y un papel de periódico -mucho más resistente que los papeles higiénicos-, unos cinco años, más o menos los mismos que un chicle. Y una bolsa de plástico, entre 10 y 20 años, mientras que un vidrio entre 3.000 y 4.000 años, además de que las botellas pueden ser causa de incendio forestal.

Ahora que estamos en verano, quiero incidir en el respecto a la naturaleza y en este sentido ahí van unos cuantos consejos ecológicos:
• No abandones ni arrojes basura. Llévala a los contenedores.
• Todo lo que te acompañe ha de volver al lugar del que procede.
• Nada de lo que veas quiere cambiar de residencia: déjalo como estaba.
• Actualmente nada, absolutamente nada, justifica que enciendas un fuego en un área boscosa.

Julen Rekondo

Químico y periodista especializado en temas medioambientales. Premio Nacional de Medio Ambiente 1998, que otorga el Ministerio y Premio Gonzalo Nardiz 2002 del Gobierno Vasco por su trayectoria destacada en la difusión e investigación en temas de conservación de la naturaleza. Miembro de Naturtzaintza-Consejo de Conservación de la Naturaleza de la Comunidad Autónoma del País Vasco, adscrito al Departamento de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno Vasco.

Artículos: 65
1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (No Ratings Yet)
Cargando...

0 Commentarios

  1. Peter
    0

    Tiene razon el señor Rekondo. Antes solo cazadores, montañeros y la gente del campo «utilizabamos» los montes. Ahora los montes son machacados por todo tipo de «aficiones». Los cazadores tenemos nuestra parte de responsabilidad, pero otros que tambien se dicen sensibres con la naturaleza, tienen tanta o mas que nosotros y muchos no la cumplen. me parece un buen articulo y aunque aparentemente basicos, muy buenos consejos.

About The Author

Químico y periodista especializado en temas medioambientales. Premio Nacional de Medio Ambiente 1998, que otorga el Ministerio y Premio Gonzalo Nardiz 2002 del Gobierno Vasco por su trayectoria destacada en la difusión e investigación en temas de conservación de la naturaleza. Miembro de Naturtzaintza-Consejo de Conservación de la Naturaleza de la Comunidad Autónoma del País Vasco, adscrito al Departamento de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno Vasco.

Artículos Relacionados